Han
pasado ya diez años pero sigo teniendo el mismo sueño recurrente: el ruido
ensordecedor de ese helicóptero me acaba despertando.
Aún
recuerdo con nitidez tu cuerpo inmóvil en medio de la carretera, el ruido de
las sirenas, el olor de aquel hospital. Cuando el médico nos dio pocas
esperanzas creí tocar fondo, pero luchamos, luchaste y despertaste. Habías
vuelto pero no del todo. Tu silencio y tu rostro inexpresivo te seguía
manteniendo lejos, muy lejos. Hasta que aquella tarde cogiste un lápiz y, con
trazo tembloroso, escribiste sobre un papel las cuatro letras de tu nombre.
Entonces entendimos que habías vuelto de verdad.
Desde
ese día me he sentido más cerca de las personas que han perdido un hijo. Lo
antinatural de esa pérdida debe elevar el dolor hasta cotas insospechadas. Un
hecho que nunca se supera, con el que hay que saber convivir a lo largo de toda
la vida.
Durante
un tiempo tuve como compañera de trabajo a una mujer que había perdido a su
hijo de corta edad. Nunca hablamos de ello pero me propuse arrancarle una
sonrisa siempre que fuera posible. Incluso cuando sonreía en sus ojos había una
profunda tristeza, estaban llenos de amargura.
Aquel
helicóptero te salvó la vida. Y en aquel helicóptero viajan de alguna manera todas
las personas que lo hicieron posible. Y ahora, diez años después, estás aquí,
convertida en una adolescente muy
adolescente (es lo que toca) y encantadora. Hace unos meses cumpliste los
dieciséis y ahora cumples los diez. Así que ¡felicidades! Este es mi pequeño
regalo de cumpleaños:
Y
no me importa seguir despertándome con el ruido de ese motor: pensaré en ti,
cerraré los ojos y volveré a dormir tranquilo.
5 comentarios:
Recuerdo esos días de silencio, sin pensar en otra cosa que no fuera esa niña callada. Hasta el día feliz en que volvió a hablar. No recuerdo alegrías tan grandes en esta familia.
Un abrazo.
No tengo palabras.
Leer esto me produce muchas sensaciones, sentimientos, pero muy difícil expresarlos.
Me alegro de que todo acabara bien.
Un abrazo,
Teresa
Muy emotivo. Zorionak de mi parte!
Hubo muchas personas que ayudaron a "tripular" ese helicóptero y, sin duda, la familia estuvo siempre en primera línea. He sido muy afortunado.
Me encanta esta versión de la canción de Cindy Lauper. Parece como si la trompeta hablase, con una gran sensibilidad.
Luis
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