lunes, 22 de junio de 2015

COMO UN CANTO RODADO, O LA PERFECCIÓN DE LA IMPERFECCIÓN

En Junio de 1965, hace ahora cincuenta años, Bob Dylan publica su disco “Highway 61 Revisited”, con una canción de apertura que lleva por título “Like a rolling stone”. Entre los músicos que participan en las sesiones de grabación se encuentra Al Kooper, un novato que se ocupa inicialmente de las guitarras. Pero al realizar la primera toma de este tema le ponen a los teclados, instrumento que él apenas domina, y con ciertas dificultades consigue salir del paso, eso sí, entrando tarde con sus acordes en varias ocasiones.

Cuando Dylan escucha la grabación decide no repetir la toma y dejar la canción tal y como está, entendiendo que esa “imperfección” se puede convertir en su sonido característico, en “perfección”. Y ese “riff” ingenuo y desacompasado del órgano Hammond se convertirá, en efecto, en la textura inconfundible y reconocible que acompañará a la canción en este medio siglo de vida. Una imperfección más: la excesiva duración de la canción, (más de seis minutos) que estuvo a punto de provocar su exclusión del disco por parte de la Columbia Records.

El disco supuso asimismo la electrificación de Dylan, tan criticada y denostada por los puristas de la música folk que no soportaban su paso de la guitarra acústica a la eléctrica. Tanto es así que en uno de sus conciertos de su gira británica, cuando iba a comenzar la interpretación de “Like a rolling stone” una persona entre el público le gritó:
-       ¡Judas! ¡Traidor!
A lo que Dylan, rabioso, contestó:
-       No te creo. Eres un mentiroso.
Y dirigiéndose a sus músicos, el grupo The Band:
-     ¡Tocad tan fuerte como nunca lo hayáis hecho! (traducción suavizada de su expresión, que incluía alguna palabra malsonante).

“¿Qué tal sienta
Qué tal sienta
Tener que valerte por ti misma
Sin un hogar
Como una completa desconocida
Como un canto rodado?”

El de Minnesota tenía veintitrés años. Y probablemente, tal vez, quizás, esta obra suya imperfecta sea la mejor canción compuesta en el siglo XX. No lo digo yo, lo dice Sabina.

La canción original:


Una de las múltiples versiones, en este caso a cargo de John Cougar Mellencamp, con la curiosidad de Al Kooper, el novato, de nuevo a los teclados:





martes, 9 de junio de 2015

ASCENSIÓN AL MONTE ALÉN (06/06/2015)

La previsión del tiempo anunciaba que el viento norte provocaría nubosidad con riesgo de lluvia al encontrarse con la cadena montañosa costera. Pero “alguien” decidió seguir adelante con la salida. Y el pronóstico se cumplió… con creces.
Arrancamos bien pertrechados desde el puerto de Las Muñecas avanzando a través de la niebla y bajo una ligera llovizna que no nos abandonó en todo el recorrido. Pero no cejamos en el empeño y después de superar las últimas rampas, que a unos se les atragantaron más que a otros, llegamos a la cumbre y nos imaginamos la vista panorámica que debíamos tener a nuestro alrededor.

Fue una ascensión “diferente”, pero que también nos dejó un buen sabor de boca y muchas ganas de afrontar la siguiente. Al final, la buena compañía es lo que cuenta. Y también el recuerdo de los que no pudieron acompañarnos en esta ocasión.

01. Bien pertrechados

02. “The walking dead” o “Gorilas en la niebla”

03. ¡Es por aquí!
  

 
04. Nos hacen el paseíllo
  
 
05. Esto pasa por cabezón
  
 
06. ¡Bendito bocata!
  
 
07. Las mochilas ya están vacías
  
 
08. Sí, somos nosotros
  
 
09. Aquí se nos reconoce mejor
  
10. Extraordinaria vista panorámica


11. Pero Photoshop hace milagros


12.
  

 
13.
  
14. Objeto no identificado descendiendo a gran velocidad

15. Lo que nos encontramos al final del túnel… no fue la luz precisamente


16. Menú hispano-toscano  

17. Chup, chup, chup 

Pinchando sobre cualquiera de las fotografías se abre la galería de imágenes.