martes, 28 de enero de 2014

CINE Y ARQUITECTURA (4): CASA MALAPARTE.

Por esta sección, que trata de descubrir la relación o los puntos de contacto entre el cine y la arquitectura, han pasado ya patios, faros y alguna ciudad. Pero no podía faltar un elemento que, sin duda, está en el origen de lo que hoy conocemos como arquitectura, la casa. Y la casa dentro de una película, no como mero escenario sobre el que historias y personajes se van desarrollando, sino como un personaje más, incluso protagonista principal en algunos casos.

Dentro de la historia de la arquitectura hay edificaciones que se han ido convirtiendo, por un motivo u otro, en auténticos iconos, algo así como las “películas de culto” en el cine, que casi nadie sabe explicar muy bien por qué, pero están rodeadas de un halo de misticismo. Y existen edificaciones construidas como residencias (viviendas, casas) que han transitado por un proceso paralelo a través de los años. Me vienen a la cabeza dos ejemplos bien significativos: la Casa de la Cascada del arquitecto estadounidense Frank Lloyd Wright
y la Villa Saboya del arquitecto franco-suizo Le Corbusier. Su tránsito: una fase inicial como vivienda del propietario que la construyó, una etapa posterior de abandono y decadencia, y un proceso de rehabilitación y reforma que pretende recuperar su esplendor inicial, acompañado generalmente de un cambio de uso (museo, sede de alguna institución o empresa…)

La Casa Malaparte participa también de esta doble condición de icono de la arquitectura y proceso histórico convulso. Quizás se diferencia de las anteriores en que el nombre de su arquitecto, Adalberto Libera, no nos suena tanto. Es más, según parece no hubo buen entendimiento entre él y el propietario, el escritor Curzio Malaparte, y finalmente fue este último el responsable del diseño definitivo de su casa, construida en 1937 en un bello paraje al este de Capri (Italia), en un acantilado sobre el mar Mediterráneo.


Sin duda el elemento más significativo de la Casa Malaparte es su monumental escalinata o graderío que conduce hasta la cubierta, convertida en patio, terraza y mirador sobre el mar. Y sobre este espacio casi etéreo, el gesto de un sencillo muro curvo de color blanco como único elemento de protección. El acceso a la casa es peatonal, tras un largo recorrido, o desde el mar, ascendiendo por una tortuosa escalera labrada sobre la roca, que salva los treinta metros de desnivel.

Plantas

Vistas Axonométricas

En 1963 el director francés Jean-Luc Godard dirigió la película “Le mépris” (El Desprecio), antes de adentrarse en su particular estilo que abriría la “nouvelle vague” francesa. Aquí cuenta la historia del rodaje de una película, “La Odisea”, en Capri, y la relación triangular que se establece entre el autor del texto (Michel Piccoli), su mujer (Brigitte Bardot) y el productor de la película (Jack Palance), con el trasfondo de la crisis matrimonial como argumento principal. Y por encima, en un cuarto vértice, convirtiendo por tanto el triángulo en pirámide y proporcionando esa tercera dimensión al drama, nos encontramos con la casa Malaparte, que a través de su emplazamiento, sus escaleras hacia el infinito, sus ventanas y cristaleras se convierte, como decía antes, en un personaje más, que participa de la historia con su gran potencia visual.

Ha resultado curioso encontrar de esta película (poco conocida en España, por lo que dudo incluso que llegara a estrenarse aquí) dos carteles publicitarios bien diferentes. El primero, con la imagen de una voluptuosa Brigitte Bardot que trata de sacar rendimiento del tirón mediático que la actriz francesa tenía al comienzo de su carrera. El segundo, una imagen esquemática de la casa, a través de su escalinata, entendiendo que en realidad es ésta la auténtica protagonista. 



Para finalizar, un apunte musical: la película está “bañada” no solo por el mar Mediterráneo sino también por una extraordinaria banda sonora compuesta por Georges Delerue


Y… lo siento Brigitte, pero me quedo con el segundo cartel.

martes, 14 de enero de 2014

LAS SEIS ENTRADAS MÁS LEÍDAS DE 2013

Siguiendo con la tradición iniciada el año pasado, nada original por cierto, vuelvo a la carga con el “ranking” de las entradas más leídas de este blog en el último año. Como ya comenté en la pasada edición, simplemente por curiosidad personal, sin intención de realizar ningún tipo de análisis sesudo ni de obtener conclusión alguna.
Eso sí, he añadido en esta ocasión un pequeño juego o divertimento: antes de revisar la estadística ofrecida por nuestro Gran Hermano Google he realizado mi propia lista con las entradas que yo pensaba que habrían sido las más leídas. El resultado, demoledor: ni un solo acierto. Es evidente que como “cazador de tendencias” no tengo precio.

Estas son las seis entradas más leídas, en orden inverso (para dar emoción):

Puesto 6: Una de música.

“Versiones de canciones.”


Puesto 5: La historia de este gran navegante que renunció a ganar la primera regata vuelta al mundo en solitario. Y “En solitario” es el título de una película estrenada hace unas semanas, basada precisamente en esta regata, aunque en una edición más reciente.

“Bernard Moitessier.”


Puesto 4: Una de gastronomía, buscando la perfección, para ir abriendo boca.

“Las patatas fritas perfectas.”


Puesto 3: Curioso que esta reseña de salida montañera haya interesado a alguien más que a los propios participantes.

“Ascensión al Monte Armañón.”


Puesto 2: En general, los artículos de arquitectura han tenido bastante seguimiento.

“Arquitectura parlante.”


Puesto 1: Sorpresa más que mayúscula, al menos para mí. Más de una mujer me ha transmitido su “interés” por este artículo. Ningún hombre, en cambio.

“Una mujer debe ponerse un vestido rojo al menos una vez en la vida.”

 Esto es todo. Por delante, un nuevo año de blog. Espero seguir teniendo cosas que contar.

jueves, 2 de enero de 2014

BALTASAR


Leo en la sección de ofertas de empleo:

-       Rey Baltasar Oviedo.
-       Oferta de empleo como Rey Baltasar en importante empresa. Oviedo.
-       Lugar: Oviedo. Asturias. España.
-       Referencia: 1615976.
-       Funciones: Recoger las cartas de los niños que vayan al centro comercial y repartir los regalos.
-       Requisitos: Experiencia con niños y como Rey Mago.
-       Tipo de contrato: De duración determinada.
-       Jornada laboral: Parcial.

Requisitos muy exigentes, sobre todo el de “experiencia como Rey Mago”. Me ha sorprendido sin embargo que en ese apartado no se haga referencia al color de la piel. Será que con el maquillaje ahora se hacen maravillas.

Baltasar era mi Rey Mago. A él enviaba mis peticiones, mis cartas escritas con una pulcra caligrafía. “Si está bien escrita me hará más caso”, pensaba. Solo recuerdo algunos de los juguetes que dejó en casa. Sin embargo no olvido la capacidad que teníamos los niños de comprender y asumir sin ninguna dificultad acciones y misterios tan indescifrables como que los Reyes Magos tuvieran el don de la ubicuidad, la capacidad de repartir millones de regalos en una noche y, lo más increíble, su transformación física según el lugar en el que estuvieran.

Ojalá con los años no hubiésemos perdido ese don y esa capacidad para asumir los cambios, sustituida paulatinamente por una racionalidad  carente de imaginación y fantasía. Habría sido más fácil para digerir, sin mayores cábalas, algunos de los hechos e historias complejas que se van sucediendo a lo largo de nuestras vidas, como por ejemplo:

¿Por qué un abuelo tiene que morirse precisamente una noche de Reyes convirtiendo ese día en una jornada triste y silenciosa?
¿Por qué una mañana te das cuenta de que ya no compartes nada con la persona que ha estado a tu lado más de media vida?
¿Por qué alguien desaparece de forma fulminante cuando empiezas a pensar en iniciar una relación que te ayude a remontar el vuelo?
¿Por qué un día tu madre te pregunta cómo están tus padres, y tienes que responderle que muy bien en lugar de intentar explicarle que ella es tu madre?
¿Por qué el mar un día se presenta amable y complaciente y al día siguiente surge amenazador y desafiante?
¿Por qué una tarde aparece un comentario en tu blog que, de forma inesperada, te va a cambiar la vida?

Aún recuerdo a mi hijo en la cabalgata gritando como un poseído: “¡Baltasar, Baltasar, no te olvides de la batería!” Sin importarle en absoluto que ese rey mago se parecía bien poco al que acababa de ver en la tele por las calles de Madrid.

De la oferta de empleo he olvidado indicar el último requisito:

-       Imprescindible: Vehículo propio.

¡Vaya! Y dónde encuentro ahora un camello…


¡Última hora!: “Los vecinos de Madrid piden un rey Baltasar "negro de verdad" y no un blanco pintado.” Los tiempos están cambiando, que diría Bob Dylan.