viernes, 29 de agosto de 2014

BIA FORUM


¿Qué es BIA Urban Regeneration Forum?
Se trata de un escenario para el debate internacional que tiene como protagonista la arquitectura y el urbanismo de vanguardia. Aprovechando la ciudad de Bilbao como telón de fondo de esa misma arquitectura y regeneración urbana, pretende ser un evento en torno a la regeneración urbana de la ciudad consolidada. BIA Urban Regeneration Forum quiere ser un punto de encuentro en el que se recojan propuestas encaminadas a generar conexiones creativas que fomenten la flexibilidad. Un diálogo entre todos los agentes implicados en lo urbano para compartir las claves de regeneración para el buen uso de los recursos, la innovación en la programación, diseño, construcción, gestión y mantenimiento de la ciudad, con el objetivo de alcanzar un equilibrio sostenible. BIA Urban Regeneration Forum apuesta por recoger conclusiones sobre experiencias exportables, compartir conocimiento y adelantarse con soluciones inspiradoras al reto del diseño de ciudades. Con una clara vocación de continuidad.
La primera edición de BIA Urban Regeneration Forum tendrá lugar en Bilbao (Bizkaia) del 4 al 28 de septiembre de 2014. Tres son los ámbitos principales donde se desarrollará el foro, dotándolos de contenido con el fin de generar reflexión, debate, intercambio y experiencia en torno a la regeneración urbana en la ciudad consolidada, tanto en el experto como en el ciudadano en general:

Congreso Internacional Científico
Conferencias categorizadas en distintos niveles, orientadas al mundo profesional y académico.

Premio BIA: Premio “Bilbao Bizkaia Architecture”
Galardón que busca premiar a aquellos individuos que han contribuido al desarrollo de la sociedad vizcaína a través de la arquitectura y la regeneración urbana.
En esta primera edición el arquitecto británico Norman Foster recibirá el Premio BIA por su contribución a la regeneración urbana de la Villa.
Foster, uno de los arquitectos más reconocidos a escala internacional, es autor del diseño de Metro Bilbao, el primer gran proyecto de transformación de la capital vizcaína y de su área metropolitana.
La plataforma BIA, creada por la Delegación en Bizkaia del COAVN (Colegio Oficial de Arquitectos Vasco-Navarro), le hará entrega del galardón en un acto a celebrar en el Museo Guggenheim Bilbao el próximo 26 de septiembre.

Norman Foster

Otras actividades
Dentro de las iniciativas incluidas en el foro, BIA promoverá asimismo la participación ciudadana a través de exposiciones y diferentes actividades de cara al público para poner en valor el patrimonio urbanístico del territorio.
Entre dichas actividades, y de lunes a viernes para el público en general, tendrán lugar las RUTAS ARQUITECTÓNICAS, diseñadas y coordinadas por los arquitectos García de la Torre:
Bilbao es una ciudad que se puede recorrer a pie para conocer su interesante arquitectura, desde sus orígenes del Casco Viejo en el siglo XIV hasta su Ensanche de los siglos XIX y XX. Así como la transformación urbana del siglo XXI. Se proponen cinco rutas, guiadas por arquitectos, para descubrir sus áreas urbanas y sus edificios más representativos.


Toda la información está disponible en: www.biaforum.org

jueves, 21 de agosto de 2014

MAREAS

Tengo cerca una playa (ni que fuese mía, aunque un poco sí) que aparece y desaparece. No es magia, simplemente el efecto de las mareas. Así que según apetezca pasear por la arena o darse un buen chapuzón hay que consultar la tabla de mareas para saber a qué atenerse.


Hoy sabemos que tanto el efecto del Sol mientras la Tierra gira a su alrededor, como la órbita de la Luna alrededor de la Tierra ejercen su influencia gravitacional sobre la subida y la bajada del nivel del agua, lo que da lugar a las mareas. Al estar más cerca, el efecto de la Luna es más pronunciado. También sabemos que el alcance o altura de las mareas no es el mismo en todos los lugares, ya que influye la ubicación geográfica y el clima de las cuencas oceánicas. Si algunos mares como el Mediterráneo o el Báltico carecen prácticamente de mareas, en otros puntos como la bahía de Fundy, en Canadá, la marea viva puede alcanzar una altura de 15 metros. Y también se han calculado con exactitud los horarios de bajamares y pleamares que sufren un desfase de 48 minutos entre un día y el siguiente, ya que el día lunar es precisamente 48 minutos más largo que el día solar.

Bahía de Fundy

Las diferencias más acusadas entre la bajamar (cuando el nivel del agua se retira) y la pleamar (cuando se eleva) se producen cuando el Sol, la Luna y la Tierra están alineados. Es decir, durante las fases de luna llena y luna nueva, y son las mareas que denominamos “vivas”. Asimismo en los equinoccios de primavera y de otoño (finales de marzo y de septiembre) se produce un aumento en la subida y bajada de la marea por efecto de la posición del Sol respecto a la Tierra (ángulo de declinación). Por tanto las mareas “más vivas” se dan con la conjunción de ambas situaciones: equinoccio y luna llena o nueva.

Gráfico de mareas muertas y mareas vivas

Todo esto es muy instructivo pero, aparte de servirnos para saber si hay o no hay playa, ¿tiene alguna otra utilidad? Pues la capacidad de predecir el momento de la pleamar y la bajamar era (y aún lo sigue siendo en algunos casos) de capital importancia para los navegantes. Podían tener problemas si el agua poco profunda impedía superar una barra de arena que bloqueara la entrada de un puerto. Y a la hora de zarpar también era preciso saber el mejor momento para darse a la vela y aprovechar las corrientes de marea. Así los grandes veleros permanecían en puerto o fondeados hasta que subía la marea y entonces un pequeño barco los remolcaba corriente abajo hasta donde pudieran izarse las velas. Tampoco es desdeñable el aprovechamiento de este fenómeno en los denominados “molinos de marea”, de los que aún existen algunos ejemplos en el litoral Cantábrico. Y actualmente se está trabajando en el desarrollo de sistemas de generación de energía a través de la oscilación del nivel del mar con las mareas.

“Zarpando a la luz de la luna en San Francisco” (John Stobart)

Molino de mareas de Santa Olaja, Cantabria.

Resulta curioso y hasta divertido bucear un poco en las explicaciones que desde la Antigüedad se han venido dando para explicar este fenómeno. Piteas de Massalia (siglo IV a.C.) ya observó y descubrió que las mareas estaban causadas por la Luna, aunque con amplios errores de cálculo. Posidonio de Rodas (siglo I a.C.) añadió los efectos de las distintas posiciones del Sol y la Luna con respecto a la Tierra. Albumasar (siglo VI), astrónomo y matemático persa, profundizó en esa relación entre las mareas y la posición y los movimientos del Sol, la Luna y la Tierra, aproximándose de forma increíble al concepto de la fuerza gravitacional. Pero hasta el siglo XVII, con la aparición de los principios de la mecánica de los fluidos y las fuerzas gravitacionales (Bernoulli y Newton), no se dio una explicación científica completa a la causa de las mareas. Por el camino, estudios de navegantes, científicos y naturalistas como Plinio el Viejo, Beda el Venerable y otros. Pero tampoco faltaron explicaciones “diferentes”, sobre todo en la época medieval: creían que la Luna calentaba el fondo de los océanos, provocando que el agua se expandiera y la superficie del mar se elevara. O que el Sol, en un ciclo continuo, causaba la evaporación del agua en el ecuador y que la Luna la condensaba en los polos.  

Hace ya unos años una etapa de la regata Costa Vasca concluía en Lekeitio. Entramos al puerto y amarramos los barcos contra el dique. Bajamos a tierra y nos dimos un garbeo por el pueblo, para estirar un poco las piernas y refrescar el gaznate. Cuando, unas horas después, regresamos al puerto para pasar la noche a algún navegante se le debió hacer un nudo (marinero) en el estómago al encontrar su embarcación… colgada de las amarras, sin tocar el agua. Una marea viva y una escasa previsión provocaron esa curiosa estampa.

EPÍLOGO. Días después de escribir estas líneas pude comprobar sobre el terreno la importancia de las mareas en la región francesa de Bretaña. En numerosos puntos a lo largo de su costa las salidas y entradas a puerto (muchos de ellos en el interior de las rías) están sometidas a los horarios de las pleamares, momento en el que los puentes y pasarelas se abren para permitir el paso de las embarcaciones. En algunas zonas como la bahía de Saint-Brieuc el mar llega a retirarse con la bajamar hasta siete kilómetros de la costa. Y aún hay más. Las mareas inspiran intervenciones artísticas contemporáneas como la de Huan Yong Ping, que en la desembocadura del Loira sitúa su enorme escultura “Serpiente del océano”, que aparece y desaparece bajo las aguas.

“Serpiente del océano” (Huang Yong Ping)

sábado, 2 de agosto de 2014

FINALES DE PELÍCULAS

“No me cuentes el final que no la he visto”.
De entrada desconfío de aquellas películas de las que no se puede desvelar el final, en las que todo su interés se basa casi exclusivamente en un desenlace sorprendente, genial, en un giro inesperado de la historia. Tengo la sensación de que los noventa minutos previos han sido una artimaña de distracción para sacarse al final un conejo de la chistera, un truco de magia con el que dejarnos boquiabiertos y con buen sabor de boca por el ingenio de sus autores. O dicho de otra forma, no me gustan las películas que no admiten ser revisitadas a través de un segundo o más visionados, que una vez descubierto el desenlace final pierden todo su interés.

Tampoco creo que los finales se puedan clasificar en felices o infelices, me parece simplificar demasiado. A veces cuando termino de ver una película tengo la sensación de que la historia continúa más allá de la pantalla. Sí, muy bien, el guionista y el director han marcado una raya en la cronología de los personajes porque consideran que ese es un punto adecuado para cerrar el argumento, pero no puedo evitar pensar que esos personajes siguen avanzando en su historia desobedeciendo a los autores del film. Y que el final feliz lo es únicamente en ese punto cronológico. Y a partir de ahí… O a la inversa. 

Por tanto me parece más adecuado afirmar que hay dos finales de películas básicamente, uno cerrado y otro abierto. Con el primero los espectadores respiramos tranquilos y con el segundo la incertidumbre nos provoca incomodidad, dudas, difuminándose de alguna forma esa línea que debía marcar claramente el final de la historia.

“Breve Encuentro” (David Lean, 1945), es un claro ejemplo de final cerrado, tan cerrado que la escena final coincide con la escena inicial. Es decir, un relato circular. La protagonista renuncia a proseguir la relación con su amante y vuelve al redil del hogar, de su marido y sus hijos. Unos lo considerarían como un final feliz y otros como terriblemente infeliz, si nos ajustáramos a esa clasificación.


“Breve encuentro.” Escena final.

En “Los pájaros” (Alfred Hitchcock, 1963), el maestro británico no solo plantea un final abierto con la incertidumbre de si los pájaros volverán a atacar sino que lo hace transgrediendo las reglas cinematográficas establecidas, consiguiendo con ello un efecto aún más perturbador: ausencia de música en la escena final (la música suele ser un fiel acompañante de los cierres argumentales) y eliminación del rótulo “The End”, atrevimiento que le costó una dura disputa con los productores. Y con todo ello consiguió acentuar ese concepto de final abierto, incómodo.


Escena final de “Los pájaros”

“Match Point” (Woody Allen, 2005) nos plantea la vida como una sucesión de acontecimientos en los que la suerte juega un papel esencial. “Más vale tener suerte que talento”, así empieza esta película donde Allen nos explica qué es la suerte a través de la metáfora del juego del tenis: hay momentos en los cuales la pelota choca contra la red, tambalea entre los dos lados de la cancha y cae en uno de ellos. Si cae hacia delante ganas y si cae de tu lado pierdes. Y es precisamente ese azar el que provoca que en el final de la película un crimen quede impune. Así que en este caso un final teóricamente cerrado nos genera sin embargo una cierta incomodidad ante la injusticia del azar.


¿Hacia dónde caerá la pelota?

Decía John Lennon que “la vida es esa cosa que pasa mientras haces otros planes”. Esta frase puede resumir el hilo argumental de “El primer día del resto de tu vida” (Rémi Bezançon, 2008) a través de la historia de los miembros de una familia francesa a lo largo de doce años. La línea que marca el final de la historia está trazada en el punto en el que una nueva vida va a sustituir a otra perdida recientemente, a través de una sencilla y a la vez extraordinaria sucesión de cuatro breves escenas que recogen ese inagotable ciclo de la vida. En este caso, al contrario de “Los pájaros”, la banda sonora sí ayuda a generar un ambiente concreto, y mucho. Habrá que hablar en algún momento del papel de la música en el cine. ¿Otro truco?


“El primer día del resto de tu vida”

NOTA: Se ha acuñado el término “spoiler” (destripe) para la descripción de una parte importante de una trama. Dicho de otra forma, destapar el final. Espero no haber “spoileado” demasiado en esta entrada. Pero como decía al comienzo, si no se puede desvelar el final…