domingo, 26 de febrero de 2012

“LA INSOPORTABLE LEVEDAD” DE LA ARQUITECTURA ACTUAL

En mi ciudad, un edificio construido hace apenas una década con la firma de un prestigioso arquitecto está en proceso de rehabilitación. Rodeado de andamios parece que, al menos sus fachadas, no han soportado el paso del tiempo.
Hace ya algunos años que vengo percibiendo esta levedad de la arquitectura actual que provoca que a los pocos años de su construcción edificios y espacios urbanos hayan sufrido tal deterioro y degradación que se hace necesario acometer obras de rehabilitación, reforma, lavado de cara, o como queramos llamarlo.
Mi luz de alarma particular se encendió en un viaje a Nueva Orleans, años antes de la catástrofe del Katrina. Me acerqué a contemplar la Piazza d’Italia, que tan lustrosa lucía en los libros y revistas de aquellos años como paradigma de la llamada arquitectura posmoderna. El impacto fue brutal: un espacio desolado y destrozado. “Al menos –pensé- está sirviendo de refugio a los sin techo.”

 Piazza d’Italia. Nueva Orleans. 

A partir de entonces se han ido multiplicando los ejemplos de construcciones que carecen de las características que, para mí, deben ser fundamentales en la buena arquitectura: la solidez, la durabilidad. Incluso obras que han obtenido premios y han sido aclamadas como grandes proyectos han sucumbido al paso de unos pocos años. En este sentido remití hace tiempo una propuesta al Colegio de Arquitectos de mi demarcación: uno de los requisitos para poder participar en el concurso bianual que premiaba a los mejores trabajos debería ser que dicha obra tuviese, como mínimo, diez años de antigüedad. De esa forma se podría valorar ese aspecto de la durabilidad, de la buena práctica de la construcción. La propuesta cayó en saco roto pero considero que sigue totalmente vigente.
Es evidente que en el proceso constructivo de una edificación o espacio, alguno de los agentes que intervienen (proyectista, promotor, constructor, director de obra…) o varios de ellos no están haciendo bien su trabajo. Algo no estamos haciendo bien. No es admisible tener que rehabilitar un edificio a los diez años de su construcción. Me niego a admitir que la arquitectura haya entrado en la estrategia comercial de la obsolescencia programada, es decir, el usar y tirar. Los costes sociales, económicos, medioambientales de una construcción no son equiparables a los de un teléfono móvil o una impresora, por ejemplo. Por tanto, parece contradictorio que los avances tecnológicos en el desarrollo de nuevos materiales, los controles de calidad, las cada día más exigentes normativas de la construcción nos lleven a una vida útil del edificio que actualmente se establece en unos cincuenta años tan solo. Es decir, que nuestros biznietos y tataranietos no llegarán a conocer casi ninguno de los edificios que ahora estamos construyendo.

sábado, 18 de febrero de 2012

ESCLARECIDOS OSCURECIDOS

Una nueva recopilación de la música española de los 80 sale al mercado. Cinco discos en una bonita caja. Repaso una por una las más de cien canciones recogidas y… ni rastro. No es la primera vez. Un documental emitido en televisión hace unos meses pasó también de puntillas sobre este grupo. Por un lado entiendo estos “lapsus” por la dificultad o imposibilidad de encajar a “Esclarecidos” dentro de alguna de las etiquetas recogidas: pop, rock, cantautores, movida… Pero por otro lado resulta un auténtico disparate borrar de un plumazo de la historia de la música a uno de los mejores grupos (si no el mejor) de esos años, tanto por la composición de sus temas como por la riqueza musical y la exquisita interpretación. Fue un grupo atípico, de los que algunos denominan “de culto”, que eran capaces de brindarnos una delicada pieza de cámara con instrumentos de cuerda (No hay nada como tú), una vigorosa canción con guitarras contundentes (Cita en Igueldo) o un sentido homenaje a la música de jazz (Miles, Miles, Miles). Hasta las canciones de otros músicos las hacían suyas a través de versiones imaginativas y enérgicas (Heaven, de Talking Heads). Piano, instrumentos de viento, violines, guitarras y la voz única y envolvente de Cristina Lliso para deleite de nuestros sentidos. Su carácter de agrupación “semi-profesional” hizo que tampoco se prodigaran mucho en actuaciones en directo. Pero su música sigue ahí, con plena vigencia, cautivadora y cargada de sensibilidad. Desde luego han hecho honor al significado de su nombre:
Esclarecido. Adj. Claro, ilustre, singular, insigne.

Por amor al comercio

domingo, 12 de febrero de 2012

ETIQUETA

-       ¡Qué gorro más bonito!
-       Sí, me lo acabo de comprar.
-       ¿Es de lana?
-       No sé.
Me recordaba a un gorro de lana que tejió mi madre cuando fui a estudiar a Valladolid, para cubrir mi cabeza en los fríos inviernos castellanos. También estaba rematado con una borla. Pero, todo hay que decirlo, a ella le luce mucho más.
Cojo el gorro y busco la etiqueta en su interior:

 “100% Acrílico”

Vaya, no es de lana. Las imitaciones cada vez son mejores. Por inercia, sigo leyendo:

“Lavar por separado.
Puede desteñir.”

Claro, porque no es de lana, pienso. Pero continúo:

“O dáselo a tu madre,
ella sabrá qué hacer.”

¡Me froto los ojos! He debido leerlo mal.

“O dáselo a tu madre,
ella sabrá qué hacer.”

Debe ser un error de traducción. A ver lo que pone en inglés:

“Or give it to your mother,
she’ll know what to do.”

Debo estar teniendo alucinaciones. ¿Será la medicación? Lo intento de nuevo en francés:

“Ou donnez le à votre mère,
elle saura quoi faire.”

No hay escapatoria hija. ¡Dáselo a tu madre!

Made in China


domingo, 5 de febrero de 2012

MUSEO DE CAMPANAS


Alguien dijo que no hay proyecto pequeño, no sé si refiriéndose a los proyectos de arquitectura, pero hago mía la afirmación. Hace unos años tuvimos la oportunidad de desarrollar un “pequeño proyecto”, por volumen de obra y presupuesto. Se trataba de rehabilitar una antigua escuela de barrio y acomodar en su interior una exposición-museo de campanas, en base a la tradición de artesanos cántabros en la construcción de estos objetos, y en la existencia de un importante número de instrumentos sonoros en la región. Estamos hablando del municipio de Meruelo enclavado en la comarca de las Siete Villas y de la escuela del barrio de San Mamés. Para abordar el trabajo, inédito para nosotros (no todos los días se construye un museo de campanas), contamos con dos colaboradores de excepción. Por un lado el historiador Luis de Escallada, miembro del Centro de Estudios Montañeses, que aportaba su profundo conocimiento histórico de la Merindad de Trasmiera. Y por otro lado Abel Portilla, maestro campanero de tradición familiar, poseedor de una interesante colección de campanas y conocedor del proceso de fundición. Visitas a su taller, reuniones en las que debatíamos ideas y exponíamos interrogantes: ¿Cómo disponer el mayor número de campanas sin que el resultado resultara agobiante? ¿Cómo mostrar de modo didáctico el proceso que el maestro campanero lleva a cabo en su obrador? Los cambios de impresiones y las visitas a otros museos de campanas fueron decantando el proyecto museográfico y su disposición en el interior de la antigua escuela.


Inaugurado el 16 de Agosto de 2002, el comentario dejado por una de las visitas resume mejor de lo que podamos hacerlo nosotros mismos el carácter y ambiente del espacio expositivo:
Al entrar, la primera sensación es de pulcritud. Ese cálido color amarillo que luego pasa a ser ocre y al final casi verde con las campanas, ese ambiente perfectamente sereno en los objetos ordenados sin agobios, los justos, para una comprensión perfecta, sin perderse en explicaciones. Ese silencio en la luz tenue hace que evoques el canto final de las campanas que todos recordamos.


En definitiva, un pequeño proyecto que se hizo grande para nosotros por lo que nos aportó, por lo que aprendimos, por la satisfacción de haber contribuido a generar un espacio lleno de sensaciones para ser visitado y disfrutado.

viernes, 3 de febrero de 2012

RESPUESTA DE RICARDO AROCA

Reproduzco la respuesta enviada por Ricardo Aroca en relación a la entrada de este blog titulada “CARTA A RICARDO AROCA”. http://www.echonovemberecho.blogspot.com/2012/01/carta-ricardo-aroca.html

Buenos días:

Habiéndome transmitido Alicia Escamilla, de la editorial Espasa, las precisiones que usted marcaba en relación con el GUGGENHEIM en el libro "LA HISTORIA SECRETA DE LOS EDIFICIOS", cuyo editor soy, 
en primer lugar agradecerle su lectura, y en segundo lugar admitir los errores que usted observa en el mismo.

Atentamente,

Ricardo Aroca.