martes, 28 de junio de 2016

JAZZ, MÚSICA REFUGIO


La R.A.E. define refugio como “asilo, acogida o amparo”. En terminología náutica se denomina puerto refugio “al que se utiliza sólo como abrigo para las embarcaciones en tiempos duros”. Y en un libro que estoy leyendo aparece la frase: “su amistad me sirvió de refugio en los momentos difíciles”. Si a esto le añadimos términos como “refugio atómico” o “refugio antiaéreo” parece evidente que el concepto refugio está asociado, de forma indisoluble, a una situación negativa, de alto riesgo o necesidad.

A pesar de todo ello siempre he tenido un concepto “algo más amable” del término refugio. Que lo he “tuneado”, vamos. Y he ido construyendo los míos propios. Lugares físicos, imaginarios, mentales, que iban abriendo sus puertas cada cierto tiempo respondiendo a estados de ánimo diversos, no siempre asociados con momentos de ofuscamiento ni de oscuridad. Y uno de los espacios que, de forma recurrente, mejor me ha acogido se encuentra en el mundo sonoro, en la música, en la música de jazz.

Desde aquellos primeros conciertos en mi etapa universitaria (Dexter Gordon, Tete Montoliu, Ron Carter…) el jazz se instaló como refugio de sólidos cimientos en mi parcela emocional y sigue manteniendo años después su solidez y su funcionalidad. A pesar de algunas ausencias o traiciones más o menos prolongadas siempre he vuelto a llamar a su puerta y a disfrutar de su calidez y de su capacidad de fortalecimiento.
No soy capaz de averiguar por qué el jazz y no otras músicas que también escucho. Tampoco sé si la clave está en el swing, en la improvisación, en el fraseo, o en ser la “música de los salvajes”, como la definía un periodista del The New York Times en 1924. Pero sí soy capaz de percibir lo que me proporciona, precisamente fortaleza y energía, emoción.

Así que, cien años después de que apareciera por primera vez el término jazz asociado a la música, vuelvo una vez más a mi refugio, a su refugio. Y esta vez me abrirá la puerta una mujer de bellos ojos negros, Dee Dee Bridgewater


martes, 14 de junio de 2016

ASCENSIÓN AL PICO LAS NIEVES (11/06/2016)

Aprovechamos esta salida de primavera para celebrar el quinto aniversario de nuestras rutas montañeras. Con un pequeño “obsequio” para todas las personas (y animales) que habéis participado en ellas al menos una vez y también para las que habéis manifestado vuestro deseo de participar pero aún no habéis sudado la camiseta con nosotros. Obsequio en forma de vídeo, en versión original sin voz en “off” (algunos ya sabéis lo que quiero decir):


El pasado sábado amaneció con el cielo cubierto pero sin amenaza de lluvia. A medida que la jornada avanzaba el cielo se iba abriendo y el termómetro iba subiendo. Y subiendo, subiendo, desde el puente medieval de La Gándara sobre el río Agüera hasta la cumbre del Pico las Nieves con su ermita recién encalada. Por el camino el barrio de Landeral, con algunas construcciones curiosas, la cumbre de Castro Lucio y el collado de El Toril. Y desde arriba magníficas vistas, a pesar de una ligera bruma, hacia la costa y hacia el interior.

En otoño iniciaremos nuestro segundo lustro. Queda mucho camino por recorrer.


(Pinchando sobre una de las fotografías se abre la galería de imágenes).

Primeras rampas
Hay puertas... y esta puerta (M. R.)
Barrio de Landeral, Guriezo
Formándose los racimos
Quiere asomar el sol
¡Eso son cuernos!
¿Falta mucho?
Naturaleza viva
Aparece la ermita (M. R.)
Aproximándonos al objetivo
Me pica... y me rasco
En la cumbre
El bosque del corazón o el corazón del bosque
El Toril y la campa de la Virgen de las Nieves
Deporte rural: levantamiento de perro
Falta la pata
Tras el avituallamiento
Iniciamos el descenso
Fuente con cazo
"La casa de los balcones"
La antigua fábrica de chorizos de Guriezo
Iglesia de San Sebastián
Que no falten las viandas
Quinto aniversario ¡A por otros cinco!



martes, 7 de junio de 2016

THE GODOYS WONDERERS (2)


“The Godoys Wanderers”, “The Godoys Wondererers”, “Godoys Wonders”… A lo largo de este año hemos visto y leído múltiples “versiones” del nombre de este joven grupo bilbaíno. Sabía que las canciones podían ser objeto de versiones pero el nombre… Siempre se aprende algo nuevo. Los citaré aquí como TGW y así evito riesgos.

Hace poco más de un año publicaron su primer EP con cinco canciones propias. Disco que nos pilló casi por sorpresa porque sus primeros conciertos estaban basados principalmente en versiones (ahora sí) de canciones de otros grupos y artistas. ¡Ah!, que ahora se dice “covers”. Pues vale. Así que sus composiciones habían nacido en la oscuridad de su local de ensayo y empezaron a ver la luz y a rodar desde la publicación de su trabajo.


Ahora dicen que el segundo disco ya está en el horno a punto de salir. Que no se queme pero que tampoco quede crudo. El punto justo de cocción no siempre es sencillo. Pero en este caso el proceso ha sido inverso. Hace unos meses empezaron a sonar las nuevas composiciones en sus actuaciones en directo. Y esas canciones fueron creciendo, madurando e incorporándose a nuestro repertorio antes de pasar por el estudio de grabación. Y dicen también que el disco que va a recoger estas siete piezas se llama JAMIE. ¿Por qué? Se lo tendréis que preguntar a ellos, una vez más. Aquí nos ofrecen un aperitivo refrescante, Watermelon:


En un reciente concierto callejero de TGW un grupo de niños y niñas se “pegaron” al escenario sobre el que apenas sobresalían sus cabezas. Y no perdieron detalle. A uno le fascinó la guitarra roja, porque brillaba. Otro quería cumplir su sueño, golpear los platillos con las baquetas. Dos niñas subían y bajaban la cabeza constantemente, pero no en señal de asentimiento. Tenían entre sus manos la carátula del disco e intentaban identificar a sus componentes. Ya solo tenían una duda: entre el chico del “piano” y el de la guitarra. Les eché una mano… e intenté convencerlas para que se llevaran el disco a casa. Hubo suerte, a sus progenitores también les había gustado el concierto. ¿Quién dijo aquello de “dejad que los niños se acerquen a mí”? ¿Jimi Hendrix? ¿O Janis Joplin? Todos los caminos llevan a la buena música, a la música hecha con pasión.


Música que podremos escuchar el próximo viernes 10 de Junio en el Kafe Antzokia de Bilbao. La luz de JAMIE.