martes, 24 de julio de 2012

LEGO Architecture


Crecí con el LEGO. Durante mucho tiempo fue mi juguete, mi juego de cabecera. Como me decía años después mi madre, “fue el juego al que le sacaste más partido”. Y si lo dice una madre… Cada año pasaban por mis manos nuevos juegos, cada vez más atractivos y sofisticados. Pero tras unas semanas de traición regresaba una y otra vez a mis pequeñas piezas con tetones. Era como una adicción difícilmente superable. Se trataba del LEGO básico, piezas de tres o cuatro tamaños, cinco colores y cuatro ruedas de goma, si no recuerdo mal. Supongo que ahí se fue gestando mi vocación por la arquitectura, por los temas constructivos en general: casas, plazas, campos de fútbol, estaciones… Pocos elementos y mucha imaginación.

LEGO acaba de lanzar al mercado su línea de productos LEGO Architecture, que se presenta como “una nueva línea de sets de construcción que sirve como homenaje a arquitectos de renombre mundial cuyas obras siguen actuando como fuente de inspiración en los constructores del mañana”.

Suena bien. Arrancan con obras del arquitecto Frank Lloyd Wright (Museo Guggenheim de Nueva York), Mies van der Rohe (Casa Farnsworth), John Utzon (Ópera de Sidney) y otros.

Una de sus piezas estrella es la Casa de la Cascada (Fallingwater) de F. L. W. El pack
contiene un folleto con información sobre el arquitecto, su proyecto y la obra acabada, incluyendo frases del propio Wright sobre su concepción de la arquitectura:
“Extrae la esencia de los materiales y permite que se fundan íntimamente con tu diseño. Desvela la auténtica naturaleza de la madera, el yeso, el ladrillo o la piedra en tus diseños, ya que todos ellos son materiales intrínsecamente acogedores y hermosos.”
Por otra parte el diseñador de las piezas nos cuenta que “lo que me preocupaba del diseño era cómo conseguir un perfecto equilibrio entre la naturaleza dinámica del río, la cascada, los bosques y el puente que se funden con Fallingwater y la definen.”

Compruebo con expectación el resultado y, como diría Tristón, el inefable compañero de Leoncio: “¡Oh cielos, qué horror!” Ni la dinámica del río, ni la esencia de los materiales, ni nada de nada. Un conglomerado de plástico que puede ser cualquier cosa menos una mínima aproximación a la obra de referencia.





El folleto termina la presentación de este gran lanzamiento diciendo: “Los excepcionales productos y apasionantes eventos que componen la serie LEGO Architecture fomentan el conocimiento de los fascinantes mundos de la arquitectura (observad los términos: excepcionales, apasionantes, fascinantes), el diseño y la construcción. La serie emprende su camino y esperamos que inspire a los futuros arquitectos de todo el mundo.”

Pues… va a ser que no.

4 comentarios:

Anónimo dijo...

Esta entrada me ha hecho recordar aquellas casas recortables de mi infancia que tanto me gustaban.

Siempre he tenido un especial interés por las casas, las maquetas y las de verdad. Desde la más pequeña hasta la más grande, desde la construccción más sencilla hasta los edificios emblemáticos.

Me gustan las casas por fuera y también me gustan por dentro. Porque en las casas hay vida. Porque nos hablan de quienes las habitan.

Uno de mis hermanos es aparejador y él quería que yo hubiera estudiado arquitectura. Terminé estudiando ciencias económicas, pero mi afición por las construcciones siempre permanecerá.

Teresa

Bernardo I. García de la Torre dijo...

Normalmente las aficiones que se gestan en la infancia suelen perdurar a lo largo de los años. En mi caso la afición se convirtió también en profesión. En tu caso, según dices, no fue así, pero eso no quita para que sigas disfrutando de las construcciones.

Anónimo dijo...

No sé cómo será en los otros edificios pero en éste el resultado es penoso, desde luego.

Bernardo I. García de la Torre dijo...

Es el riesgo de convertir un juego en un puzzle, con el agravante de que se han elegido modelos de edificios constructivamente complejos. Los "packs" del Museo Guggenheim de N.Y. o de la Ópera de Sidney también son penosos, como tú dices.