sábado, 16 de junio de 2012

“BLADE RUNNER” REVISITADA


A principios del siglo XXI la Tyrell Corporation desarrolló un nuevo tipo de robot llamado Nexus –un ser virtualmente idéntico al hombre- y conocido como replicante.
Los replicantes Nexus 6 eran superiores en fuerza y agilidad y, al menos, iguales en inteligencia a los ingenieros de genética que los crearon.
En el espacio exterior, los replicantes fueron usados como trabajadores esclavos en la arriesgada exploración y colonización de otros planetas.
Después de la sangrienta rebelión de un equipo de combate Nexus 6 en una colonia sideral, los replicantes fueron declarados proscritos en la tierra bajo pena de muerte.
Brigadas de policías especiales –con el nombre de unidades de blade runner- tenían órdenes de tirar a matar al ver a cualquier replicante invasor.
A esto no se le llamó ejecución. Se le llamó retiro.
Los Ángeles. Noviembre, 2019.”
(Escena inicial de Blade Runner).  

Hay películas que a lo largo de los años he ido cargando en mi mochila de películas revisitables, películas que van creciendo y sorprendiéndome cada vez que las veo. Y Blade Runner (Ridley Scott, 1982) es una de ellas. La he vuelto a ver treinta años después de su estreno, en el que no gustó ni a público ni a crítica. Ridley Scott había realizado anteriormente Alien, el octavo pasajero, paradigma del cine de ciencia ficción, y Blade Runner fue encuadrada también en el marco de este género. Pero claro, una película de ciencia ficción sin monstruo, que abarcaba un mundo mucho más amplio y complejo y que se desarrollaba con un ritmo relativamente lento, debió dejar descolocado al personal. Con los años ha ido adquiriendo asimismo esa pátina o calificativo de película de culto que, probablemente, no haya hecho sino desistir a aquellos que se planteaban una primera visión de la misma.

Al margen de disquisiciones que han dado mucho de sí como, por ejemplo, la condición de humano o replicante de Rick Deckard, las distintas interpretaciones asignadas a las múltiples versiones editadas (la del productor, la del director… estrategia comercial en definitiva) o a los distintos finales, ¿dónde se encuentra para mí la fascinación por esta película cuya sombra es tan alargada? Probablemente su encanto radica en que cada vez que la veo descubro un género nuevo: ciencia ficción, western, cine negro, película romántica… Y aún más, también descubro un tema argumental que había permanecido oculto hasta entonces. Supongo que esto tiene algo que ver con el estado anímico o el momento personal que provoca una distinta sensibilidad o predisposición. Había descubierto anteriormente reflexiones sobre el origen del ser humano y su destino, sobre los riesgos de la manipulación genética, sobre el poder y el amor. En esta ocasión diría que la fugacidad de la vida o el deseo de inmortalidad son sus temas clave.

Y no he hablado de la puesta en escena, de la imagen futurista sucia, de la importancia de la arquitectura en su desarrollo (Edificio Bradbury, casa de Wright), de la combinación de tecnología y medievalismo, de la música, de la lluvia persistente…

Para terminar, una curiosidad recientemente descubierta: en la versión con final feliz en la que Deckard y Rachael se alejan de la ciudad a través de un paisaje idílico, el director utilizó tomas filmadas y descartadas por Stanley Kubrick para las escenas iniciales de “El Resplandor”.

Ya estoy ansioso por saber qué me dirá Blade Runner en mi próxima visita.


7 comentarios:

Amaia Ballesteros dijo...

Buena película, una de mis favoritas.
Ridley Scott siempre ha reconocido que la estética de Blade Runner tiene su espejo en la obra del gran dibujante Moebius :)

Bernardo I. García de la Torre dijo...

No hay que olvidar que el propio director, Ridley Scott, es un buen dibujante y planificaba las escenas con sus croquis. También contó con la colaboración, entre otros, de Syd Mead, diseñador industrial y gran ilustrador.

Amaia Ballesteros dijo...

Hablando de Syd Mead... mira esto:

http://www.philipkoether.com/blog/2011/6/17/designed-to-imbibe-bar-basque-nyc.html

Anónimo dijo...

Yo creo que Ridley Scott después de dirigir esta película ha tenido una carrera muy irregular. Se esperaba más de él.

Bernardo I. García de la Torre dijo...

No estoy totalmente de acuerdo. Es cierto que tras su inicio como director con tres grandes películas (Los duelistas; Alien, el octavo pasajero; Blade Runner) no era fácil mantener el nivel. Y algún fiasco (Hannibal, continuación de El silencio de los corderos) sí ha tenido. Pero en general creo que su trayectoria es muy notable teniendo en cuenta que ha tocado géneros muy distintos. Y posiblemente algunas películas se irán revalorizando, como ha pasado con ésta, con el tiempo. Estoy pensando por ejemplo en "El reino de los cielos", sobre las cruzadas, que a mí me gusta incluso más que "Gladiator". Ah! Y curioso lo del "bar basque".

Anónimo dijo...

¿A qué casa de Wright te refieres?

Bernardo I. García de la Torre dijo...

Me refiero a la "Ennis House", construida por F. L. Wright en 1924 para Charles y Mabel Ennis, que en la película aparece como el hogar de Rick Deckard, el personaje interpretado por Harrison Ford.