La primera vez que escuché esta canción:
“Whiskey in
the jar”:
de inmediato
le puse la etiqueta de “música country”. Error, era música irlandesa. Me
equivoqué, pero no del todo…
La patata
llegó a Europa procedente de Sudamérica en el siglo XVI. Tres siglos después, a
mediados del siglo XIX, la aparición de una plaga en su planta provocó lo que
se conoce como “la gran hambruna irlandesa”, una situación de falta de alimento
agravada por la actitud de los terratenientes británicos, que se extendió varios
años y que causó la muerte a más de dos millones de irlandeses. Otros dos
millones decidieron emigrar a un país que aún se estaba formando, los Estados
Unidos de América, en unas duras travesías atlánticas que también dejaron por
el camino un buen número de víctimas. Ahora son más de cuarenta millones los
estadounidenses con ascendencia irlandesa.
No podían
llevar mucho encima, pero la música no ocupaba lugar. Y desde su desembarco en el
Este del nuevo territorio fueron viajando hacia el Oeste con sus canciones y
sus instrumentos. Canciones que se fueron combinando con otras formas musicales
afroamericanas ya arraigadas en Norteamérica, como el blues, y la música
espiritual y religiosa, como el gospel. Derivando, ya a comienzos del siglo XX,
en lo que hoy conocemos como “música country”. Así que, de alguna forma, la
patata fue protagonista en ese viaje de ida y vuelta a través del Atlántico que
provocó la aparición de un nuevo género musical.
A finales
del pasado siglo XX un músico estadounidense, Steve Earle, viajó a Irlanda en busca, precisamente, de esas raíces
tradicionales. Recaló en Galway, ciudad situada en la costa Oeste. Y en uno de
sus paseos tuvo un encuentro, breve pero intenso, con una chica del lugar, que
le inspiró la canción titulada “The Galway girl”. La grabó con músicos
irlandeses y la incluyó en el álbum “Trascendental Blues” que se publicó en el
año 2000. La canción se hizo muy popular en Irlanda hasta convertirse en una
especie de “canción himno” que suena a diario en los “pubs” y que supone, de
alguna forma, ese punto de encuentro entre la música popular irlandesa y la
música country estadounidense.
Con todo mi
respeto y admiración hacia su creador, Steve
Earle, me quedo con la versión de un grupo irlandés, The Kilkennys. ¡Viva la patata!
The Galway
girl:
The Galway
girl
“Bueno, fui a dar un paseo por el largo y viejo camino
un día...
Me encontré con una pequeña chica y nos paramos a
charlar, un buen día...
Y te pregunto amigo, qué puede hacer un tío,
porque su pelo era negro y sus ojos azules,
y allí mismo supe que estaba en mitad de un
torbellino,
girando en el paseo a Salthill con una chica de
Galway.
Estábamos a mitad de camino cuando vino la lluvia, un
día...
y ella me invitó a ir a su piso en el centro, un buen
día...
Y te pregunto amigo, qué puede hacer un tío,
porque su pelo era negro y sus ojos azules,
así que la cogí de la mano y la hice girar sobre sí
misma,
y perdí mi corazón por una chica de Galway.
Cuando me desperté estaba completamente solo,
con el corazón roto y un billete a casa,
y te pregunto ahora, dime qué hubieras hecho tú,
si su pelo era negro y sus ojos azules,
He viajado mucho, he estado por todo este mundo,
chicos, nunca he visto nada igual a la chica de
Galway.”
4 comentarios:
Muy interesante y esclarecedor lo que cuentas. Es posible que esta canción esté en alguna película? Al escucharla me ha parecido pero no sé en cual. Saludos y buen verano.
Luis.
Tienes razón. "The Galway girl" aparece en la película "Postdata: Te quiero" (P.S. I love you), interpretada por el protagonista Gerard Butler. La película no es gran cosa.
Saludos.
Me gusta la música country, es alegre y del pueblo, otra historia donde nuestra patata tuvo su importancia para crear nuevos ritmos, muy interesante, saludos!!
Pues sí, se ve que la patata ha estado en el origen de muchas historias. De ésta me enteré viajando por Irlanda ¡Saludos por Islares!
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