Debido al mal estado del terreno en algunos
tramos de la ascensión al Monte Ventoso cambiamos el plan y nos dirigimos al
Monte o Peña Candina, la cumbre del macizo kárstico que se alza sobre el
Cantábrico entre la ría de Oriñón y el valle de Liendo. La ascensión se realiza
entre rocas, picos y depresiones (hoyas) a través de un variado paisaje en el
que quedan restos de una antigua explotación minera de hierro.
El primer tramo, cruzando la hoya de Tueros,
se realiza entre laureles y madroños. Tras bordear posteriormente la hoya de
Falluengo y siguiendo las marcas llegamos a la cima (472 m.) tras casi dos
horas de camino, desde donde se divisan unas imponentes vistas del Cantábrico y
de los valles interiores (Liendo, Guriezo) con una nueva depresión a nuestros
pies, la hoya Negra. Frente a nosotros dos grandes aberturas conocidas como los
Ojos del Diablo. En el cielo ejemplares de la importante colonia de buitres que
habitan en este macizo.
Tras el descenso, un queso de Idiazábal, unas
alubias alavesas con morcilla lebaniega y un bizcocho de nueces, todo ello
regado con un caldo de Rioja, nos recargaron las pilas para la próxima salida.
Será en primavera.
1. Los
jóvenes montañeros
2. Los
montañeros… menos jóvenes
3. Atasco
en el camino
4. En
la cima. Al fondo los “Ojos del Diablo” y la “Ballena de Sonabia”
5. Panorámica
hacia el Oeste: Liendo, Laredo, Santoña
6. ¡Huy
que frío!
7. La
cresta de Peña Candina
8. Haciendo
el cabra
9. Un
resbalón lo tiene cualquiera, ¿o no?
2 comentarios:
visto lo visto, la foto tendría que haber sido aún más exagerada. Cualquiera diría con esta foto que te has caído! muy feliz se te ve! eso sí, yo soy testigo de la caída y la cara de concentración que llevabas al pensar donde poner las manos para no abrirte la crisma
¡La exagerada eres tú! Estaba todo controlado. Por cierto, hubo alguna culada más que no quedó inmortalizada.
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