Coordenadas: 38º31’56.86’’N / 28º37’36.00’’W
Café
Sport. El bar de Peter
Estamos en Horta, la capital de Faial, una de
las nueve islas que componen el archipiélago de las Azores. Hemos entrado a
puerto con viento muy fuerte de N.E., lo que nos ha complicado algo la maniobra
de amarre.
Escribo esta crónica desde el Café Sport, más conocido como el bar de Peter, local emblemático entre
los navegantes del Atlántico norte. Punto de encuentro donde intercambiar
experiencias, contar batallitas, planificar travesías o rencontrarse con viejos
conocidos. Y precisamente en la mesa de al lado está el capitán de la preciosa
goleta Europa (buque escuela) con
quien me encontré en Ushuaia hace ya más de cinco años. Un veterano marino que
sigue en activo.
El bar está decorado con recuerdos que van
dejando los que pasan por aquí: banderas, banderines, mapas, pegatinas… Veo un
recuerdo del Pakea Bizkaia, el barco
del portugalujo Unai Basurko, y del Vagabundo,
otro barco español. También me dicen que aquí preparan el mejor gin-tónico del Atlántico. No puedo dar
fe porque no soy experto en el tema. Ahora mismo prefiero una buena jarra de
cerveza. Por cierto, el arquitecto portugués Álvaro Siza, que recientemente nos
ha dejado una obra suya en Bilbao, también ha tenido tiempo para diseñar una
copa para el vino de Oporto que veo aquí.
Enfrente del bar se divisa la impresionante
silueta del Monte Pico (el punto más
alto de Portugal), en la vecina isla del
mismo nombre. Precisamente ahí vive uno de los grandes navegantes
portugueses actuales, Genuino Madruga, que hace poco dio su segunda vuelta al
mundo en solitario a bordo de su pequeño velero, el Hemingway. Vamos, que aquí huele a mar y a navegantes por los
cuatro costados.
Monte
Pico
La marina (puerto de yates) de Horta tiene
una peculiaridad: cada velero que recala en ella deja su huella pintando un
pequeño panel o mural en las paredes de los diques o en el mismo suelo. Se ha
convertido ya en una tradición y la leyenda indica que quién no lo hace puede
tener problemas en su singladura. Así que por si acaso… algo haremos.
La
Marina de Horta con sus “pintadas”
A pesar de que hay una gran variedad de
pescado creo que hoy nos inclinaremos por un buen bife de vaca. Ya hemos tenido bastante pescado estos días. Y mañana
aprovecharemos para dar una vuelta por la isla antes de continuar la travesía.
Creo que me iré en la bici de nuestros vecinos en el puerto, los australianos
del Excusme (en los nombres de los
barcos hay para todo).
Veo una fotografía en la pared y me cuentan
que en 1986 pasó por Faial la mayor tormenta que se recuerda. Con vientos de
hasta 250 km/h, en dos horas se generaron olas que al chocar contra los acantilados
se elevaban hasta los 60 metros. Un fotógrafo local (precisamente de la familia
Azevedo, dueños de este bar) disparó su cámara sin parar intentando recoger esa
fuerza de la naturaleza. Y cuando tiempo después reveló las fotos se dio cuenta
de que había captado ¡la ira de Neptuno!
La
cabeza de Neptuno
2 comentarios:
¡Qué interesante, intercambiando experiencias con curtidos marineros! Seguro que ves a Sparrow por ahí.
¡Sigue disfrutando!
Creo que a Sparrow le iba más el clima del Caribe. Pero... quién sabe.
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