sábado, 19 de noviembre de 2011

JORNADAS DE REFLEXIÓN

Estas dos últimas semanas nos hemos empachado con los discursos de los candidatos reclamando nuestro voto. Unos, leyendo papeles que, a veces, eran incapaces de descifrar. Otros, más hábiles, leyendo el guión escrito en su cabeza, con más o menos fluidez. Algunos, prometiendo aplicar tres grandes medidas para salir de la crisis de las que ¡horror! sólo eran capaces de acordarse de dos. Y todos ellos con un auditorio a sus espaldas (es la moda del marketing últimamente) más ocupados en atender a la pantallita que les indicaba cuando tenían que aplaudir que en escuchar a su líder. Y cada vez que veía a estos “bustos parlantes” me venía a la mente el discurso que hace unas semanas dio Leonard Cohen en Oviedo con motivo de la entrega de los premios Príncipe de Asturias. http://www.rtve.es/noticias/20111021/premios-principe-asturias-2011/469977.shtml

Sin duda, el mejor discurso que he escuchado en muchos años. Unas palabras pronunciadas desde la sabiduría, desde el corazón y, lo más importante, desde la humildad. Es sobrecogedor escuchar a la persona que ha compuesto e interpretado alguna de las mejores canciones del siglo XX con esa intensidad y emoción. Curiosamente, no es la primera vez que cito a Leonard Cohen en este blog. (Ver entrada “Letras de Canciones”. 27 de Septiembre de 2011).


No hay color.

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