domingo, 29 de enero de 2012

MUDANZAS

Mudanza: f. Traslación que se hace de una casa o de una habitación a otra.

Estos últimos meses he estado de mudanza. A lo largo de la vida de una persona, si mis informaciones son fiables, se producen tres mudanzas de media. Yo ya voy por la cuarta, sin contar las que corresponden a desplazamientos por motivos académicos. Cada mudanza supone un cambio, no sólo de ubicación física, sino también generalmente de la situación personal de cada uno. Por decirlo de forma más científica, supone un hito (empiezo a odiar esta palabra) dentro del cronograma (otro “palabro”) de nuestra vida. Unas van cargadas de ilusión, de proyectos, de vida en común. Otras, de progreso, de ascenso, de reafirmación. Y otras van cargadas de amargura, de frustración, de sensación de fracaso e incertidumbre. Pero todas ellas tienen algo en común. Ofrecen la oportunidad, por un lado, de que aparezcan cosas que creías perdidas, como el diploma de aquel curso de buceo que tanto te hizo sufrir, o el “recordatorio” de la primera comunión luciendo aquella corbata de cuello de goma elástica. Y por otro lado te ofrecen la oportunidad de deshacerte de un montón de basura que has ido acumulando sin saber muy bien por qué ni para qué. Es cierto. Debemos llevar en nuestros genes alguna dosis del “síndrome de Diógenes” que nos empuja a guardar papeles, ropas que no usamos, regalos no deseados, artilugios estropeados… por si acaso. En definitiva, la mudanza es tiempo de limpieza, material y mental. De quedarnos con lo esencial, con lo que vale la pena. Tanto de nuestros armarios y cajones como de nuestras mentes, de nuestros corazones, de nuestras almas (si existen).
Recuerdo con una sonrisa mi mudanza más surrealista. Fue aquella en la que pasábamos del piso en alquiler al piso en propiedad. Gran progreso, sin duda. Y el destino quiso que ese cambio se produjese entre el portal nº 58 y el portal nº 52 de la misma calle. Esto nos llevó a renunciar a los servicios de una empresa de mudanzas, y durante tres días estuvimos calle arriba, calle abajo, arrastrando maletas y enseres varios sin parar. Todavía veo las caras de los niños que jugaban en la calle, que nos miraban a nuestro paso con una expresión entre alucinada y divertida.
Tengo la sensación de que esta mudanza no va a ser la última. Probablemente sea un deseo por recuperar el espíritu de las primeras. Pero sin embargo ha tenido también  alguna sorpresa agradable: ha aparecido una joya, el disco de Miles Davis “Kind of blue”, que ahora mismo estoy escuchando. Todo tiene su porqué. Cerrad los ojos y disfrutad.


8 comentarios:

José Luis Ferreira dijo...

Gracias por compartir el hallazgo. Acabo de escucharlo. Una joya, claro. ¿Qué otra cosa se puede decir?

Anónimo dijo...

Hice una mudanza parecida. El piso en el que vivía estaba a poco más de 100 m de la nueva vivienda. Lo hicimos todo en un día, con la colaboración de familia y amigos.

Hace años de aquel día.

Dentro de poco en mi casa habrá una nueva mudanza. Aunque no soy yo quien se va, es una de esas mudanzas para las que no estás preparado. Pero creo que a pesar de lo dolorosa que es la situación, debemos tener el valor suficiente para tomar ciertas decisiones y poder seguir sintiéndonos vivos.

Bernardo I. García de la Torre dijo...

En efecto José Luis, una joya. Me doy cuenta que mi mirada hacia la música de jazz es intermitente pero persistente. Es como ese amigo que, aunque no veas en algún tiempo, siempre está ahí ofreciéndote lo mejor de sí mismo.
Anónimo, creo que intuyo de lo que hablas aunque no te conozca. Así que mucho ánimo y sobre todo, como bien dices, hay que seguir sintiéndose vivo con nuevos proyectos e ilusiones.

Amaia Ballesteros dijo...

Aún queda mucho para la mudanza de casa de mis aitas, jejejeje...

Bernardo I. García de la Torre dijo...

¿Y por qué estás tan segura, Amaia? Esto de las mudanzas a veces llega cuando menos te lo esperas.

Anónimo dijo...

Hola Bernardo,

Recordaba esta entrada y tenía ganas de volver sobre ella ahora que la mudanza ya se ha producido. Más tarde de lo esperado porque la cosa se ha complicado bastante.

Ha pasado un año desde que hablamos de esto y aunque este tiempo ha sido muy difícil, me alegro de haber tomado la decisión.

Un saludo,

El anónimo de aquel 31 de enero, ahora no tan anónimo,

Teresa

Bernardo I. García de la Torre dijo...

Vaya, las vueltas que da la vida. Intuyo de qué se trata, claro. Podría decir aquello de "yo ya he pasado por esto y sé de lo que estás hablando". Pero sería un error. Cada "mudanza" es diferente aunque el dolor se aproxime bastante. Así que no te puedo dar ningún consejo.

Dices que te alegras de haber tomado la decisión. Lo cual ya indica que después de este duro año empiezas a mirar hacia adelante. Lo que sí puedo, al menos, es darte mucho ánimo y mucha esperanza en el futuro... y agradecerte que, un año después, te hayas acordado de lo que escribí. Cuenta conmigo para lo que necesites.

Un abrazo.

David dijo...

Como estoy planeando una mudanza para los próximos días me interesa muchísimo tu posteo. Como si fuera poco de mudarme de casa, también estoy buscando una Renta de autos en promoción por Despegar.com para cambiar mi vehiculo, asi que creo que estoy viviendo un momento de crisis con constantes cambios