martes, 20 de mayo de 2014

CINE Y ARQUITECTURA (5): PUENTES.

Al margen de las ciudades, de los edificios, los puentes son, probablemente, las construcciones más utilizadas en el cine. Chale Nafus, en su estudio sobre los puentes en el cine, intenta dar respuesta a esta fascinación: “Muy pocas veces el personaje de una película cruza un puente solo para llegar al otro lado. El paso por el puente suele significar algún tipo de cambio, la transición a una nueva fase vital, la conexión con una persona nueva, o la confrontación con el peligro e incluso la muerte.”  Por tanto la palabra clave es “cambio”, una palabra que se ajusta muy bien a uno de los axiomas de la construcción cinematográfica, el que dice que los protagonistas de una película no deben ser los mismos al principio que al final de ella. Es decir, deben sufrir algún cambio en su transcurrir por la pantalla. Tienen que aprender algo, deben resolver sus conflictos… Y son precisamente los puentes escenarios adecuados para la dramatización de estas historias.

Revisando entradas anteriores de este blog sobre la temática cinematográfica he descubierto que, curiosamente, ya han aparecido varias películas en las que los puentes tienen una presencia más que testimonial en su desarrollo argumental. Y dos de ellas pertenecen al género que denominé como “películas románticas”: En “Los puentes de Madison” un fotógrafo llega hasta Winterset con el propósito de captar con su cámara unos curiosos puentes cubiertos de madera del siglo XIX. Y en “Breve encuentro” un pequeño puente de piedra alejado de la ciudad acoge las citas de los amantes.


En tiempos de guerra los puentes son un punto de gran valor estratégico, al garantizar el paso de las tropas, y han protagonizado multitud de películas del género bélico basadas, muchas de ellas, en hechos reales. Quizás una de las más populares sea “El puente sobre el río Kwai” (David Lean, 1957). David Lean también fue el director de “Breve encuentro”, citada anteriormente. ¿Casualidad? Y, como contraposición, una de las menos conocidas, realizada el mismo año, es “El puente” (Bernhard Wicki, 1957), en la que se narra el espeluznante sacrifico humano en tiempos de guerra. Un grupo de adolescentes alemanes deciden defender el puente de su pueblo ante el avance de las tropas aliadas. Y se convierte en el escenario de su muerte cuando solo unos días antes era el escenario de sus juegos. Los dos muchachos supervivientes acaban disparando contra sus propios soldados compatriotas al no poder aceptar que el sacrificio de sus amigos haya sido en vano. La historia concluye con una voz en off: “Esto ocurrió el 27 de abril de 1945. Fue tan irrelevante que no apareció en ningún comunicado de guerra.” Una de las películas de guerra más amargas que conozco aunque… ¿acaso hay alguna que no lo sea?  

“El puente”

En el Pont-Neuf, el puente más viejo de París, transcurre la mayor parte de la acción de una de las películas europeas más polémicas y a la vez atractivas de los últimos años, “Los amantes del Pont-Neuf” (Leos Carax, 1991). En ella se cuenta la historia de amor entre un vagabundo (Denis Lavant) que se ha instalado a vivir en el puente, y Michelle (Juliette Binoche), una chica de familia acomodada que se está quedando ciega. El puente, que se encuentra cerrado al tráfico por obras de reforma, se convierte en su refugio y en un lugar casi mágico en el que evoluciona la relación y el acercamiento de dos personalidades muy dispares. Esta historia de amor fou tiene una escena final que se adelanta a la ya muy popular que años después llevaran a cabo los protagonistas de “Titanic” encaramados en la proa del barco.

“Los amantes del Pont-Neuf”

Un uso diferente de los puentes en el cine es el de su inclusión para localizar la acción. Son abundantes, por ejemplo, las películas ambientadas en Nueva York que empiezan con una vista panorámica, a veces aérea, con el puente de Brooklyn u otro de los que une Manhattan con los barrios adyacentes. “Fiebre del sábado noche” (John Badham, 1977), se inicia precisamente con un plano del puente de Brooklyn con la isla de Manhattan al fondo. Y a continuación otro plano similar con el puente de Verrazano. Es una forma de expresar que para los habitantes de Brooklyn el primer puente les unía con lo inalcanzable (el Manhattan de la gente acaudalada) y el segundo con una zona en la que, por el contrario, podían sentirse superiores (Staten Island, donde se concentraban la mayoría de los inmigrantes con menor poder económico). En este caso el puente funciona como elemento de transición entre diferentes clases sociales, a través de sus correspondientes territorios.

“Fiebre del sábado noche”

Para finalizar esta breve revisión del protagonismo de los puentes en el cine, no puedo dejar pasar una de sus funciones, no prevista inicialmente al ser construidos, pero indudablemente real: su atracción para los suicidas. Cuando la protagonista de “La chica del puente” (Patrice Leconte, 1999), tras arrojarse al río Sena se encuentra en la sala de recuperación del hospital, un señor en su misma situación le pregunta con toda naturalidad: “¿De qué puente viene?”

5 comentarios:

Anónimo dijo...

Una sensación muy bonita y diferente, que seguro que estará recogida en alguna película, es pasar navegando bajo un puente. A mí me ha pasado en alguna ocasión entrando a puerto.

Saludos,

Luis.

Bernardo I. García de la Torre dijo...

Tienes razón. Ahora mismo me viene a la cabeza la entrada a Lisboa desde el mar, pasando bajo el puente 25 de Abril, que parece como un gran marco que da la bienvenida a la ciudad.

Y en una película italiana reciente, "La gran belleza", aparece ya con los títulos de crédito un recorrido por Roma desde el río, cruzando bajo los puentes, con una visión diferente de la ciudad.

Y ya que estamos entre navegantes, saludos para Rafa si lee esto, que está ahora en alta mar, con la rodilla tocada. ¡Ánimo!

Anónimo dijo...

Os dejo el link a un interesante tumblr: fotogramas de puentes que aparecen en películas.
Un saludo.

Anónimo dijo...

Os dejo el link a un interesante tumblr: fotogramas de puentes que aparecen en películas.
Un saludo.
http://architectureforsuicides.tumblr.com/

Bernardo I. García de la Torre dijo...

Gracias por tu aportación, Anónimo. Interesante recopilación. Y es curioso, por ejemplo, la aparición del mismo puente (estoy pensando en el Golden Gate de San Francisco) en películas de temática muy diferente.

Saludos.