jueves, 10 de abril de 2014

LOS DIEZ MANDAMIENTOS DE LA CASA “IDEAL”


Hace un par de años publicaba en este blog LOS DIEZ MANDAMIENTOS DE LA “URBA”: No sé si un segundo capítulo convierte esto de los diez mandamientos en una serie. Ni sé aún si tendrá continuidad. Vamos, que sé muy poco.

Tras más de veinticinco años de trayectoria profesional, con la vivienda como uno de los pilares básicos de nuestra labor en el campo de los proyectos arquitectónicos, no había sido aún capaz de averiguar o dar con las claves que me permitieran desarrollar dichos trabajos con soltura y con la sensación de haber “pillado” el truco para satisfacer al cliente que se acercaba a nuestro estudio con la ilusión de construirse su casa. Pero bastaron, hace unos meses, apenas cincuenta minutos de visionado de un programa televisivo para ver ¡por fin! la luz al final del túnel. A partir de ahora todo será más fácil. En este programa se enseñan casas, unas veces presentadas por los arquitectos que las han diseñado y otras por los dueños de las mismas. Las enseñanzas son muchísimo mayores en este segundo caso, ¡dónde va a parar!

1 Montarás una cocina con isleta, para poder pulular alrededor intentando averiguar cómo meterle mano al programador digital de la placa de inducción de 3 metros cuadrados de superficie. ¿Y si nos hacemos un sándwich?

2 Dispondrás de espacios articulados en torno a una chimenea central (que no se usa porque se pone todo perdido), estableciendo además una extraordinaria fluidez entre el exterior y el interior. Vamos, que realmente no sabes dónde estás, si en tu casa o en la del vecino.

3 La vivienda dispondrá al menos de un espacio de doble altura, que genera una gran sensación de amplitud, y grandes quebraderos de cabeza para calefactarlo en invierno. El protagonista (arquitecto) de la película “Dos en la carretera”, ante el comentario de un amigo que visita su casa responde: “No son techos altos, son suelos bajos.”

4 Desde el interior de la vivienda disfrutarás de vistas. Vistas al mar, a la montaña, a la autovía que pasa a tres metros de distancia, al muro de hormigón que separa tu parcela de la granja de pollos…

5 Construirás una piscina, perdón, una lámina de agua desbordante, a ser posible climatizada y con el escudo del equipo de tus amores en el fondo, que usarás solo un par de veces al año, pero que en las fotos que subirás a Instagram con una copa de Martini (con sombrillita) en la mano quedará ideal.

6 El 90% de la fachada será acristalada (hay que dejar algo macizo para colgar esa máscara traída del safari en Kenia) y encomendarás su mantenimiento a unos diligentes limpiadores que tras la primera intervención no querrán volver. El control solar lo encomendarás a un programa domótico integrado que nunca aprenderás a manejar. Así que a sudar en verano y a tiritar en invierno.

7 En el sótano instalarás una bodega con capacidad para 5.000 botellas, aunque no te guste el vino. Deben quedar cubiertas todas las denominaciones de origen. Es opcional la disposición de una sala de proyección (una tele muy grande, vaya) anexa, con amplios sofás para quedarse dormido viendo “Memorias de África” (por lo del safari).

8 Colocarás una escalera diferente, de diseño, con peldaños de vidrio, en voladizo, sin barandilla, etérea… para que puedas decir a las visitas: “De momento no ha habido ninguna desgracia.” Sin olvidar la incorporación de iluminación espectacular que permita la creación de ambientes: ambiente azul, ambiente verde, ambiente rojo…

9 Dispondrás junto al dormitorio de un imprescindible vestidor, con una superficie mayor a la del propio dormitorio y con capacidad para, al menos, ropa y complementos en cantidad suficiente para no tener que repetir modelo a lo largo de un año (sea bisiesto o no).
  
10 Montarás un espacio para las fiestas en el exterior (un espacio fluido, no olvidar), a caballo entre el porche y el jardín, porque vas a tener de continuo a un montón de amigos súper-marchosos con los que vas a montar unas juergas increíbles. No puede faltar en este espacio la zona “chill out”, la barra de bar con ambiente caribeño y unos enormes altavoces para los que tendrás que excavar y construir una cimentación especial.

Estos diez mandamientos se resumen en dos:

Si eres arquitecto nunca deberás diseñar tu propia casa (los tics y las propuestas frustradas en proyectos anteriores la pueden convertir en una pesadilla).
Tendrás que poner un andamio cada vez que tengas que cambiar una lámpara de ese techo alto del que estás tan orgulloso.

Amén.

Epílogo:
No sé si las personas que enseñan esas casas “ideales” lo hacen porque se sienten orgullosos o porque quieren deshacerse de ellas. Me inclino por esto último.

Glosario (extraído de los comentarios escuchados en estos programas):
-       “Soy muy afán (fan) de los muebles de Mariscal.” Afán el que tú le pones, cariño.
-   “Las luces del techo son alucinógenas (halógenas).” Deben ser muy apropiadas para los fiestones. Había escuchado anteriormente “lámparas alienígenas”, se ve que hay mucha variedad en el mercado.
-       “Todo el salón es un espacio di stéfano. (diáfano)” Claro, para poder jugar a fútbol sin ningún impedimento o cortapisa. 

5 comentarios:

Anónimo dijo...

Sí, sí. Y toda la gente que sale dice que hace toda la vida en el porche o en la terraza. Pues entonces no sé para qué quieren los tropecientos metros de casa.

Anónimo dijo...

Muy bueno, me he reído en montón. Pero me ha sorprendido lo que dices al final de que un arquitecto no debe hacerse su propia casa. Parece un contrasentido ¿no?

Luis.

Bernardo I. García de la Torre dijo...

Sobre los "tics" de los arquitectos que proyectan su propia casa ya hice algunos comentarios hace un par de años en una entrada de este blog titulada "Vivienda unifamiliar".
Yo mismo caí en la tentación pero, curiosamente, aquel proyecto no llegó a buen puerto. ¿Una señal? ¡Quién sabe?

Amaia Ballesteros dijo...

Creo que me suena ese horror de programa de hacer zapping. Esa gente tendría que vivir en favelas, eso sí, de diseño.

Bernardo I. García de la Torre dijo...

Y con unos vinilos en las paredes, que también se lleva mucho.