martes, 27 de diciembre de 2011

CINE Y ARQUITECTURA (1): PATIOS DE VECINDAD

La relación entre cine y arquitectura es estrecha y abarca múltiples facetas. Desde las películas en las que el protagonista es un arquitecto, el diseño y construcción de los decorados, la utilización de elementos arquitectónicos con una gran carga simbólica (las escaleras), la visión de las ciudades, la arquitectura histórica, la representación de los espacios…
En este caso, la re-edición de una gran película italiana me lleva a un repaso sobre tres películas que se desarrollan en el espacio arquitectónico de unos bloques de vecindad o viviendas con patio. Y precisamente a través de ese patio se establecen las relaciones entre los personajes y el desarrollo fundamental de la acción.

Las dos primeras tienen mucho que ver con el concepto de voyeur. En “La ventana indiscreta” de Alfred Hitchcock (1954), un reportero gráfico (James Stewart) se ve obligado a permanecer en reposo con una pierna escayolada y decide evitar el tedio de su convalecencia mirando desde la ventana de su apartamento las viviendas de enfrente a través del patio. Observa meticulosamente la vida de sus vecinos a través de unos prismáticos. Un conjunto de pequeños y extraños incidentes le llevan a sospechar de uno de sus vecinos.
El talento de Hitchcock es capaz de contar una historia y mantener un asombroso suspense sin moverse de una habitación y con un patio como único e intrigante paisaje. Grace Kelly (la novia del protagonista) y Thelma Ritter (su enfermera) se van convirtiendo paulatinamente de mujeres escépticas a cómplices de su investigación. Una obra de un gran poder narrativo en un espacio escénico único.

La ventana indiscreta

En “No amarás” de Krzysztof Kieslowski (1988), Tomek es un joven de 19 años que vive obsesionado con Magda, una mujer treintañera a la que espía cada tarde con unos prismáticos. La contemplación de sus citas amorosas va provocando en Tomek un estado de excitación y de celos que le empujan a actuar para declararle su amor.
Pero no es tan sencillo como él cree y la historia adquiere una tensión narrativa, en el ámbito del patio que separa los dos bloques de viviendas.

No amarás

Por último, la película italiana a la que hacía referencia, “Una jornada particular” de Ettore Scola (1977). El 6 de Mayo de 1938 Hitler visita Roma. Es un día de fiesta para la Italia fascista que se vuelca en el recibimiento. En una gran casa de vecindad sólo queda la portera, un ama de casa, Antonietta (Sophia Loren) y un locutor de radio, Gabriele (Marcello Mastroianni). El azar (un pájaro que se escapa de su jaula y vuela a través del patio desde la ventana de Antonietta hasta la de Gabriele), provocará ese primer contacto entre los dos protagonistas. Charlan y toman café. Poco a poco van conociendo las mutuas frustraciones y sinsabores. Ella va encontrando en él algo que nunca se había planteado en todos los años de amante esposa y ejemplar madre y ama de casa humilde. Incluso surge la posibilidad de un escarceo amoroso que rompa de alguna forma su esclavitud. Y él encuentra en esa mujer madre de seis hijos a su confidente. Toda la película esta impregnada de una atmósfera asfixiante que se cuela en las viviendas a través de las ondas y los megáfonos que radian el desfile y las palabras de Adolf Hitler mientras ellos, en un momento sublime, bailan de forma violenta en la terraza. Con otro momento culminante: esa tortilla compartida.
Una maravillosa parábola sobre la libertad.






6 comentarios:

Anónimo dijo...

Hay una película de Brian de Palma que también se podría incluir en este apartado: Doble Cuerpo, donde el protagonista espía a una mujer que vive enfrente. También es una película con intriga.

Bernardo I. García de la Torre dijo...

Sí, Brian de Palma siempre se ha caracterizado por incluir en sus películas "homenajes" o "guiños" a grandes directores. Algunos han ido más allá calificándolos directamente de plagio. En esta película que comentas la referencia a "La ventana indiscreta" es muy directa, con una fuerte carga de erotismo, pero sin llegar nunca a la altura del maestro Hitchcock.

José Luis Ferreira dijo...

Sí, sí, todo eso está muy bien. Pero cuándo nos vas a decir la razón del nombre del blog?

Nos tienes en ascuas.

Bernardo I. García de la Torre dijo...

Os sacaré de las ascuas entonces en la próxima entrada. Lo prometo. Feliz Nochevieja!

Anónimo dijo...

Al hilo de "Una jornada particular", me resulta sorprendente que con los grandes directores que ha tenido el cine italiano hasta los años 70 (Scola, De Sica, Rosi, Fellini), actualmente el cine italiano apenas produzca películas interesantes.

Bernardo I. García de la Torre dijo...

Yo diría que lo realmente sorprendente fueron esas tres o cuatro décadas en las que de un pequeño país como Italia fueron surgiendo todos esos grandes directores que citas. Aún se podrían añadir unos cuantos más: Visconti, Rossellini, Antonioni, los hermanos Taviani... Actualmente, de lo que yo conozco, únicamente destellos puntuales como Nanni Moretti (Caro Diario) o Gianni di Gregorio (Vacaciones de ferragosto).