Se estrena estos días una película con el título “De mayor quiero ser soldado”. Aún no la he visto pero se anuncia como una historia sobre las consecuencias que las imágenes violentas de la televisión y los videojuegos provocan en un chaval, llegando a convertirle en un ser fascinado por la disciplina militar y su vertiente más perversa.
Recuerdo de niño haber matado unos cuantos policías, ladrones, varios indios y algún que otro vaquero, según el bando que me tocase en el juego. Y sin embargo aquella actividad bélica no me originó ninguna querencia por lo militar ni por las actitudes violentas o asesinas, más bien todo lo contrario. Así que no comparto este tipo de lecturas que me parecen demasiado simplistas. De hecho, aún recuerdo la primera película de guerra que vi, proyectada en el colegio no sé con qué motivo, llena de japos malos, muy malos, con muchos aviones ametrallando a las fragatas y viceversa. No me sedujo en absoluto. Tanto es así que durante años el cine bélico o de guerra quedó descatalogado de mis visionados cinematográficos. Hasta que ya en época universitaria fui a ver, en pantalla gigante, “Apocalypse now”, de Francis Ford Coppola (1979). Con esta película entendí que el llamado cine bélico podía ir más allá de la simple exaltación militarista o patriótica. Podía convertirse en un gran espectáculo visual y, lo más importante, transformarse de forma paradójica en cine antibelicista planteando de forma descarnada los horrores de la guerra.
Por último, una película rodada un año más tarde, “Los mejores años de nuestra vida” de William Wyler (1946) en la que no aparece ninguna escena del campo de batalla. Precisamente su historia arranca en el momento en que tres soldados estadounidenses vuelven a casa al finalizar la contienda. Y son precisamente los problemas y conflictos que se producen al retomar sus vidas cotidianas los que ofrecen el hilo argumental. Sus historias personales se van entrelazando con habilidad, incluyendo escenas de gran sensibilidad como aquella en la que la novia, tras muchas dudas internas, ayuda a vestirse al soldado mutilado. Un final estereotipado no desluce sin embargo esta maravillosa reflexión sobre los efectos de la guerra en los soldados y sus entornos sociales.
4 comentarios:
Añadiría dos películas más recientes: "En tierra hostil" de 2008, sobre la guerra de Irak y "La delgada línea roja" de 1998, para mí una obra maestra del cine bélico, o antibélico.
Una película bélica que me gustó fue "Enemigo a las puertas".
El objetivo de la película es describir el papel de la propaganda en ambos bandos durante la Segunda Guerra Mundial, en Stalingrado, utilizando la imagen del francotirador como una metáfora de la lucha entre ambos ejércitos.
Interesante película "Enemigo a las puertas". Además tiene una cierta estética de western por el duelo entre los protagonistas. Soberbio Ed Harris.
Tampoco es de mi agardo el cine bélico, pero sí el cine que cuenta las consecuencias de los enfrentamientos bélicos. Para muestra citaré dos títulos que me dejaron marcas: Johnny cogio su fusil y El regreso Jane Fonda y John Voight)además de ser una película oscarizada.
Además,permíteme una licencia, me gusta el formato "justificado" y no "ajustado" que mencioné por error.
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