Leo
en la sección de ofertas de empleo:
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Rey Baltasar Oviedo.
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Oferta de empleo como Rey Baltasar en importante empresa.
Oviedo.
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Lugar: Oviedo. Asturias. España.
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Referencia: 1615976.
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Funciones: Recoger las cartas de los niños que vayan al centro
comercial y repartir los regalos.
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Requisitos: Experiencia con niños y como Rey Mago.
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Tipo de contrato: De duración determinada.
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Jornada laboral: Parcial.
Requisitos
muy exigentes, sobre todo el de “experiencia
como Rey Mago”. Me ha sorprendido sin embargo que en ese apartado no se
haga referencia al color de la piel. Será que con el maquillaje ahora se hacen
maravillas.
Baltasar
era mi Rey Mago. A él enviaba mis peticiones, mis cartas escritas con una
pulcra caligrafía. “Si está bien escrita
me hará más caso”, pensaba. Solo recuerdo algunos de los juguetes que dejó
en casa. Sin embargo no olvido la capacidad que teníamos los niños de
comprender y asumir sin ninguna dificultad acciones y misterios tan
indescifrables como que los Reyes Magos tuvieran el don de la ubicuidad, la
capacidad de repartir millones de regalos en una noche y, lo más increíble, su
transformación física según el lugar en el que estuvieran.
Ojalá
con los años no hubiésemos perdido ese don y esa capacidad para asumir los
cambios, sustituida paulatinamente por una racionalidad carente de imaginación y fantasía. Habría
sido más fácil para digerir, sin mayores cábalas, algunos de los hechos e historias
complejas que se van sucediendo a lo largo de nuestras vidas, como por ejemplo:
¿Por
qué un abuelo tiene que morirse precisamente una noche de Reyes convirtiendo
ese día en una jornada triste y silenciosa?
¿Por
qué una mañana te das cuenta de que ya no compartes nada con la persona que ha
estado a tu lado más de media vida?
¿Por
qué alguien desaparece de forma fulminante cuando empiezas a pensar en iniciar
una relación que te ayude a remontar el vuelo?
¿Por
qué un día tu madre te pregunta cómo están tus padres, y tienes que responderle
que muy bien en lugar de intentar explicarle que ella es tu madre?
¿Por
qué el mar un día se presenta amable y complaciente y al día siguiente surge
amenazador y desafiante?
¿Por
qué una tarde aparece un comentario en tu blog que, de forma inesperada, te va
a cambiar la vida?
Aún
recuerdo a mi hijo en la cabalgata gritando como un poseído: “¡Baltasar, Baltasar, no te olvides de la
batería!” Sin importarle en absoluto que ese rey mago se parecía bien poco
al que acababa de ver en la tele por las calles de Madrid.
De
la oferta de empleo he olvidado indicar el último requisito:
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Imprescindible: Vehículo propio.
¡Vaya!
Y dónde encuentro ahora un camello…
¡Última
hora!: “Los vecinos de Madrid piden un
rey Baltasar "negro de verdad" y no un blanco pintado.” Los tiempos están cambiando, que diría Bob Dylan.
4 comentarios:
Qué buen post.
Hay una peli de Tim Burton, "Big Fish", que me ha recordado lo que has escrito, llena de imaginación y fantasía pero visto desde la edad adulta. Es bonita, si no la has visto, te animo a que la veas.
Yo recuerdo que el Rey Mago Melchor entró en casa ataviado con sus ropajes de gala y aquellas frondosas barbas blancas. Pero qué curioso, llevaba unas botas idénticas a las de mi aita... claro que eso no cambiaba nada, era Melchor!! Sólo podía ser Melchor...
Conozco esa película, para mí tal vez la mejor de Tim Burton, un maravilloso cuento que mezcla realidad y fantasía. Y visualmente es muy atractiva, como casi todo lo que hace este hombre.
¡Cómo se lo curraba tu aita! A mí ya me ha tocado ponerme alguna barba también. Seguro que cada uno tendrá sus historias particulares sobre estos "eventos". Lo importante es no perder parte de esa fantasía.
Maravilloso Bernardo, por unos instantes, mientras leía la entrada del blog, he perdido la noción de todo: quién soy, qué edad tengo, ....,. Ha sido ,muy agradable la sensación.
Eskerrik asko eta Urte Berri On!
Intuyo, Anónimo, que nos conocemos pero que prefieres mantener el anonimato. Así que lo respeto y me quedo con la duda de tu identidad.
Gracias por el comentario. Es gratificante que lo que escribo encuentre receptores, y además tan sensibles.
Saludos y, si esta es tu primera vez, bienvenido al blog. Y ojalá que no sea la última.
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