Una temperatura perfecta para caminar y un viento intenso que hizo desaparecer las neblinas matinales y nos permitió disfrutar de unas buenas panorámicas. Sí, Monte Ventoso hizo honor a su nombre y volvimos un poco despeinados. Unas más que otros. El próximo otoño volveremos a la carga.
01 Arrancando motores
02 Valle de Sámano al norte
03 Por la cresta de Saldamando
04 Las vigías del Cantábrico
05 Estos jóvenes potrillos...
06 ...pronto tendrán un compañero
07 También me gustan las morenas
08 Así quedó el menhir...
09 ...tras este rato de descanso (no fue Obélix)
10 El viento sopla cada vez más fuerte...
11 ...y los árboles también lo notan...
12 ...y lo sufren de verdad
13 Panorámica hasta el Cabo Villano
14 En la cumbre
15 Reponiendo fuerzas: desde cacahuetes hasta bocata de tortilla de chorizo... o de jamón y jamón
16 Panorámica hacia los "montes de hierro"
17 Límite entre Cantabria y Bizkaia. La "pirámide" de la cantera de Santullán al fondo
18 Los diez pies andarines
19 Muerte entre los árboles: los buitres hacen su trabajo
20 El descenso, con el valle de Guriezo al fondo
4 comentarios:
Buen reportaje. He subido varias veces al ventoso, por esta ruta y por otras, desde Agüera está también muy bien. Pero nunca me ha tocado un día tan despejado como éste. Enhorabuena!
Lo pasamos muy bien Bernardo! :-)
Eso sí, por poco nos lleva el viento...
Así es, Anónimo. hay varias rutas para subir al Ventoso. De hecho nos encontramos arriba con un montañero y su perro que habían subido desde la antigua zona minera de Sopuerta. Y fue una suerte disfrutar del paisaje con tanta nitidez.
Aguantamos las embestidas del viento, Amaia. El monte hizo honor a su nombre. Supongo que has podido descargar las fotos. Pinchando sobre ellas aparecen en mayor tamaño y definición.
Preciosas fotos Bernardo. Una pena que al final tampoco pudimos ir. Y va la tercera!!!
M.
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