jueves, 13 de junio de 2013

UNA MUJER DEBE PONERSE UN VESTIDO ROJO AL MENOS UNA VEZ EN LA VIDA

Últimamente se han puesto de moda los títulos largos, tanto de películas como de libros. He decidido subirme al carro con el título de esta entrada. Es una frase que de repente ha aparecido esta mañana en mi cabeza al levantarme, de forma tan absurda como machacona. Y como le pasó a Paul McCartney con “Yesterday” (salvando las distancias, claro) no sé si es de creación propia o no. Más bien sospecho que no, pero me la apropio. Además creo que podría incluso dar nombre a una película. Me explico.

En 1953 Marilyn Monroe protagonizó “Niágara”, película con la que se consagró y se convirtió en el icono que todos conocemos. No es, ni de lejos, su mejor interpretación, pero una sola escena fue suficiente para potenciar todo su magnetismo: el color rojo de su vestido extendido al lápiz de labios sirvió para barrer de la pantalla a otra actriz, Jean Peters, mucho más hermosa incluso sin maquillaje. Sin duda la belleza serena de Jean Peters habría triunfado en la época del blanco y negro pero tuvo la mala suerte de coincidir con el rojo vivo del technicolor.

Mientras luce ese vestido rojo Marilyn entona una canción titulada “Bésame”. Esto es lo que ha quedado en nuestro subconsciente y apenas recordamos la auténtica trama de cine negro que recorre la película.


En ese mismo año, 1953, en el que es considerado por muchos como el mejor musical de la historia, “Melodías de Broadway 1955”, una deslumbrante Cyd Charisse nos ofrece su brindis al amor embutida en un vestido rojo de lentejuelas del que destacan sus infinitas piernas. Imposible no quedarse hipnotizado siguiendo sus vigorosos movimientos. Película que contagia el entusiasmo, la alegría de vivir, el enamoramiento. Viendo la escena inicial del paseo por el parque he llegado a la conclusión de que lo más importante para que una pareja funcione es que aprendan a caminar juntos.


Ya en 1989, una pletórica Michelle Pfeiffer se sube a un piano de cola para ofrecernos un número sensual y fascinante en la romántica y agridulce “Los fabulosos Baker Boys”, una película infravalorada, sin duda. Vestida de rojo carmesí, claro. Imposible no caer rendido. Una maravillosa historia de amores, fracasos y temores contada con elegancia, donde finalmente los protagonistas optan por una vida sin sobresaltos, sin problemas, prefiriendo una línea recta a una discontinua.


Cuando aparece un vestido rojo pasa algo, se desencadena una historia, alguien contiene la respiración, en el cine y en la vida. Por eso creo que… una mujer debe ponerse un vestido rojo al menos una vez en la vida.


 

11 comentarios:

Anónimo dijo...

Todavía no ha habido un vestido rojo en mi vida, así que seguiré tu recomendación. Espero no equivocarme y encontrar el momento adecuado para hacerlo.

Teresa

Anónimo dijo...

Me ha hecho gracia lo de caminar juntos. Al principio pensaba que lo decías en sentido figurado. Pero al ver la escena (supongo que te refieres a ésta: http://www.youtube.com/watch?v=kPK_6CzPJ4s )he entendido que no. Eso no es caminar, es deslizarse, flotar. ¡Qué maravilla! En este caso con traje y vestido blancos. La importancia del color, es cierto.

Saludos,

Luis.

Bernardo I. García de la Torre dijo...

Supongo que el guionista sabe cuándo la chica tiene que salir con el vestido rojo y cuándo con el vestido blanco.
El género musical no ha estado nunca entre mis favoritos pero hay un puñado de películas antes las que hay que quitarse el sombrero. En efecto, Luis, esa es la escena del vestido blanco, caminando juntos, y ésta es la del vestido rojo, distinto ambiente, distinta música, distintos movimientos...: http://www.youtube.com/watch?v=yuJxYmJlEHY

Anónimo dijo...

¿Y qué me decís de "La mujer de rojo"?

Bernardo I. García de la Torre dijo...

Pues mediocre película con alguna escena que intenta emular a Marilyn y poco más, que yo recuerde. Ah! Y una banda sonora con una de las peores canciones de Stevie Wonder, a pesar de que le dieron un oscar, creo.
Esto demuestra que hace falta algo más que un vestido rojo.

Céline. dijo...

Si que tengo un vestido rojo en mi armario, pero este año el tiempo no me ha permitido sacarlo...:D Pensaré en vosotros el viernes, ya nos contarás verdad?!! Un beso a los dos

Amaia Ballesteros dijo...

Yo tengo uno, aunque hace tiempo que no me lo pongo... después de unas cuantas subidas al monte seguro que me vale ;)

Bernardo I. García de la Torre dijo...

Céline, seguro que encontrarás el momento para ponerte ese vestido rojo. Gracias por acordarte de nosotros en este día, ya te contaremos. Patxi estará en Vitoria en representación de los dos.

Amaia, pues ya sabes, mañana a tope hasta la cumbre y nada de bocatas. Si no, vas a tener que hacerle algún arreglillo a ese vestido.

Bernardo I. García de la Torre dijo...

Alguien me comenta si el título de esta entrada no debería haber sido "Toda mujer debe..." en lugar de "Una mujer debe..." Tiene razón, se ajusta mejor a lo que quería expresar.

Inma Orduna dijo...

Aplaudo este post, ¡¡me ha encantado!! besos rojos por doquier!

Bernardo I. García de la Torre dijo...

Me alegro de que te haya gustado. Bienvenida al blog, "Mi vida en rojo".