viernes, 1 de mayo de 2015

¡VAYA ROLLO!

Casi desde que tengo uso de razón he sentido a diario una inquietud, un desasosiego, que se manifestaba sobre todo a primeras horas de la mañana. He tenido que convivir con ello a lo largo de estos años y sobrellevarlo de la mejor manera posible. Al principio con vacilaciones, después con afán de auto-convencimiento y finalmente con determinación, aún a riesgo de estar equivocado.

He intentado buscar certezas, documentación sobre el asunto que me proporcionara una tranquilidad definitiva. He indagado y consultado a expertos en la materia. Todo ello en vano. Cada vez que me enfrentaba a él volvían a surgir las dudas: ningún modo de empleo, ningún manual de instrucciones. Y, una vez más, la inquietud. ¿Lo habré hecho de forma correcta? El trabajo de campo, la observación, tampoco me han resultado de gran ayuda ya que no he percibido una tendencia clara y definitoria.

Cuando en casa sonaba el grito de guerra: “¡Aitaaaaaa! ¡No hay papeeeeeel!”, las piernas empezaban a temblarme. ¿Cómo lo pondrán? ¿Hacia dentro o hacia fuera? Porque ese era mi gran dilema, ¿cómo se coloca el rollo de papel higiénico?, ¿colgando hacia fuera o colgando hacia la pared?

Finalmente mis pesquisas han dado sus frutos. Y resulta que la respuesta existía desde hace más de un siglo, exactamente desde que en 1891 el diseñador Seth Wheeler dejase bien claro en su patente que la capa externa del papel debe estar mirando siempre hacia el exterior. Y lo reflejó gráficamente con todo detalle:


Mi vida ha cambiado de forma radical. Desde que he descubierto este documento incunable entro mucho más relajado al baño cada mañana. Eso sí, que cada uno se monte su rollo como quiera. ¡Faltaría más!

2 comentarios:

Anónimo dijo...

A pesar de mis múltiples manías o neurosis, como se quiera llamar, ésta no era de una de ellas...hasta que mi hijo hace unos días me hizo notar que el papel "estaba puesto al revés". Hasta ese momento ni me lo había planteado y lo ponía como cayera, pero ahora "gracias" a él y a esta entrada, la colocación del papel ya forma parte de mis obsesiones.

Teresa

Bernardo I. García de la Torre dijo...

Pues que sea para bien. Aunque no era mi intención generar obsesiones.

Saludos.