martes, 30 de mayo de 2017

LO MEJOR ESTÁ AÚN POR LLEGAR


Hay dos cosas terribles: no haber cumplido un sueño y haberlo cumplido. Y sólo se me ocurren dos opciones para resolver esta paradoja: no tener sueños o encadenar de inmediato un sueño cumplido con uno nuevo por cumplir.

Escribía en este blog hace tres años y medio:

“No sé si alguna vez llegaré a navegar en esos mares que para los polinesios eran su nación, su continente acuático. ¿Por qué no?”: Navegantes polinesios.

Eso, ¿por qué no? Y hoy empieza el viaje, de momento virtual, que dentro de un tiempo puede desembocar en el viaje real, en el viento hinchando las velas, navegando a través del océano Pacífico. Un sueño que surgió después de haber cumplido el anterior, que a su vez surgió después de haber cumplido el anterior, que a su vez surgió después de haber cumplido el primero de todos ellos. Sí, algunos de mis mayores sueños se han deslizado por aguas de mares y océanos. Una pasión, una llamada que aún sigo recibiendo.

A lo largo de estos dos próximos años pueden surgir temporales y calmas que me obliguen a desviar el rumbo y que impidan finalmente el cumplimiento de este nuevo viaje. Es algo que no me inquieta. Ya he soltado amarras y me siento capaz de engañar a los sentidos con la ilusión de un buen rumbo. Empiezo a mirar de vez en cuando al cielo y a observar si las estrellas tintinean, como hacía Bernard Moitessier, el gran navegante que creció y se formó en los mares del Pacífico. Y a quitarle las telarañas al sextante, que con toda esta “vulnerabilidad” tecnológica que nos está acechando quién sabe si tendremos que volver a los tradicionales métodos de navegación que utilizaban los polinesios.

Y es que sigo pensando que para ti, para mí… y para Dylan, lo mejor está aún por llegar.


Ajeno al ruido por la reciente concesión del premio Nobel de Literatura, Bob Dylan sigue a lo suyo, trabajando en lo que le apetece: dando conciertos, dibujando, escribiendo, haciendo radio… A sus setenta y seis años acaba de publicar un triple disco, “Triplicate”, en el que ofrece una amplia visión y un recorrido personal por la música estadounidense de la primera mitad del siglo XX, de la que es un profundo investigador y divulgador. Y aún le queda tiempo para navegar por el Caribe a bordo de su velero.

2 comentarios:

  1. ¡Avante, a toda máquina!
    Avisa cuando salgas de puerto... iré preparando un nuevo cuadro, que ya toca. En el anterior me inspiraron los peces voladores de tus fotos :D

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  2. Me alegro de que alguno de mis viajes te haya servido de inspiración. Así que ya puedes ir preparando los pinceles... aunque sean digitales. Un abrazo.

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